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Uno de los planetas de Gliese 581 podría ser habitable

Varios estudios parecen confirmar que uno de los planetas que orbita alrededor de Gliese 581 está ubicado dentro de la zona de habitabilidad de la estrella.

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Gliese 581. Foto: ESO.

En abril pasado un equipo europeo de astrónomos anunciaba el descubrimiento de dos posibles planetas de tipo terrestre en la zona de habitabilidad. Ahora un estudio pormenorizado confirma que uno de ellos podría estar de hecho dentro de la zona de habitabilidad de la estrella Gliese 581.
En los más de 10 años transcurridos desde que se descubriera el primer planeta extrasolar la lista se ha ampliado hasta los 250. La mayor parte de los planetas detectados (por técnicas gravitatorias indirectas) son de gran masa y del tipo gigante gaseoso como Júpiter. Sólo recientemente se ha empezado a detectar planetas con masa menores a las 10 masas terrestres. A este tipo de planetas se les ha denominado «supertierras».
Alrededor de las estrella enana roja Gliese 581 orbitan cómo mínimo dos planetas con masa equivalentes a 5 y 8 masas la te la Tierra.
Contrariamente a los planetas gaseosos gigantes, que no tienen una superficie definida y son bastante homogéneos, los planetas de tipo terrestre deben de ser más interesantes, con la posibilidad de agua superficial y atmósfera que pueda dar lugar a la vida. Quizás las próximas generaciones de telescopios nos puedan dar imágenes de ellos o incluso su composición atmosférica. Puede que incluso proporcionen indicios de una posible presencia de vida. De momento sólo las investigaciones teóricas nos pueden ayudar a identificar posibles blancos de estudio para posibles observaciones futuras.
Astronomy & Astrophysics publica varios artículos teóricos sobre el sistema solar Gliese 581. Dos equipos de investigadores han estudiado las zonas de habitabilidad alrededor de esta estrella.
La zona de habitabilidad no tiene que extenderse ni demasiado cerca de la estrella ni alejarse demasiado para que haya agua en forma líquida en la superficie un planeta ubicado en su interior. Si el planeta está muy cerca de la estrella el agua se evapora. Si el planeta está muy lejos el dióxido de carbono no proporciona el efecto invernadero suficiente y el planeta de congela. Para el caso de nuestro sistema solar el borde interior está entre 0,7 y 0,9 AU del Sol y el exterior entre 1,7 y 2,4 AU.

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Comparativa de los límites de la zona de habitabilidad para el sistema solar y para el de Gliese581 bajo distintos criterios. Foto: Astronomy & Astrophysics.

También han calculado la zona donde la fotosíntesis es posible. La producción de biomasa fotosintética depende de la concentración de dióxido de carbono y la abundancia de este depende de la edad del planeta. En un planeta muy viejo las fuerzas tectónicas no liberan este gas y sólo operan los sumideros del mismo, rompiéndose el equilibrio. En este caso se ha asumido una presión parcial determinada.
Este caso es especialmente interesante porque la estrella es una enana roja. Este tipo de estrellas constituye el 75% de todas las estrellas de nuestra galaxia, brillan durante miles de millones de años, son estables y queman hidrógeno. Se creía que estas estrellas eran malas candidatas a albergar vida, porque al ser poco brillantes los posibles planetas localizados en la zona habitable estarían muy cerca de la estrella y se verían forzados a sincronizar su rotación con su revolución, presentando siempre la misma cara a la estrella. Además este tipo de estrellas presentan bastante actividad magnética que provoca tormentas solares con las subsiguientes erupciones de rayos UV y X. Actividad que podría dañar la posible vida en los planetas o erosionar sus atmósferas.
Estudios más recientes sostienen que las estrellas tipo M como ésta no son tan hostiles a albergar planetas habitables. Además los posibles planetas en su zona de habitabilidad podrían detectarse con técnicas indirectas aunque sean poco masivos debido precisamente a que orbitan cerca de la estrella.
En otro trabajo se ha estudiado la estabilidad orbital del sistema Gliese 581. LA estabilidad orbital es esencial a la hora de poder mantener una climatología estable durante millones de años. Según las simulaciones computacionales de este tercer estudio el sistema Gliese 581 parece lo suficientemente estable como para que sus planetas tengan una climatología constante.

Fuentes y referencias:
Astronomy & Astrophysics. [1]
¿Otra Tierra? [2]