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Vacas contaminantes

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Las últimas pruebas realizadas en ganaderías de vacas californianas ponen de relieve que estos animales contaminan el aire más que los automóviles modernos, e incluso más que los camiones pequeños debido a sus problemas de flatulencia.
Los resultados están basados en 15 diferentes estudios en vacas del Valle de San Joaquín en California, donde ya hay 2,5 millones de vacas y en donde pronto llegará a haber 3 millones.
Una vaca lechera emite unos 9 Kilogramos de gases de efecto invernadero conocidos como COV (compuestos volátiles orgánicos), mucha más cantidad que un auto o un camión de pequeño tamaño.
Aunque los vehículos emiten graves contaminante como el monóxido de carbono y óxido nitroso que las vacas no producen.
Esta área es conocida también por su smog, y en donde se vienen violando las regulaciones federales sobre la calidad del aire durante los últimos 6 años. Los ecologistas culpan de las enfermedades del aparato respiratorio que se dan en la zona a este hecho.
Las autoridades locales esperan imponer restricciones a las emisiones de este tipo.
Las vacas además de COV emiten metano (principal componente del gas natural que usamos en nuestras cocinas y calefacciones), que es 21 veces más potente que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero.
Según los expertos el ganado es responsable del 20% de las emisiones totales mundiales de metano, y en áreas rurales representa el 50% de dicha emisión.
Cada vaca emite de 400 a 500 litros de metano al día a través de sus flatulencias. El origen de este gas reside en que las vacas poseen microorganismos en su aparato digestivo que le ayudan a asimilar los alimentos (generalmente hierba) a través de un proceso fermentativo que emite gas.
La producción de estos gases es dispar; Nueva Zelanda, que posee mucha ganadería ovina y bovina, produce el 43% mundial del metano de origen biológico, mientras Canadá produce sólo el 1%.
Además del problema contaminante, este factor produce pérdidas a los ganaderos, pues la energía contenida en estos gases no va a la producción de carne o leche.
Se están desarrollando productos antiflatulentos para evitarlo. Un científico belga desarrolló un aditivo alimenticio a base de aceite de pescado que corta las emisiones en un 50% en ovejas. Un grupo australiano ha desarrollado una vacuna contra los microorganismos responsables. Y un equipo en Gales trabaja en un ácido orgánico que prevendría la formación de metano en el aparato digestivo de la vaca.
No obstante, el problema del calentamiento global y la contaminación no es sólo de origen ganadero y estas medidas serían sólo soluciones parciales al gran problema que se nos avecina.