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Decisiones cerebrales predecibles

Según unos investigadores del Instituto Max Planck y de otras instituciones alemanas se puede predecir qué decisión va a tomar un individuo hasta siete segundos antes de que dicho individuo tome esa decisión conscientemente.

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Entre las áreas punteras de la ciencia, es la Neurología moderna la que más afecta a nuestra percepción de la esencia de lo que es un ser humano. ¿Están preinstalados en nuestros cerebros la justicia u otros conceptos morales? ¿Qué parte de nosotros es racional y qué parte sentimental? ¿Somos maquinas deterministas sin libre albedrío? Poco a poco, y gracias a la moderna tecnología y al método científico, hemos empezado a resolver las incógnitas que han estado debatiendo los filósofos durante siglos.
El resultado que ahora nos ocupa es tan sorprendente, fascinante y extraordinario que es difícil resistirse a su difusión pese a haberse publicado hace ya unas pocas semanas.
En este estudio unos investigadores, dirigidos por John-Dylan Haynes, usaron un escáner cerebral y un sofisticado programa informático para saber qué pasa en el cerebro humano justo antes de que una decisión sea tomada conscientemente.
Muchos procesos de nuestro cerebro ocurren automáticamente para no sobrecargar la parte consciente con tareas rutinarias. Sin embargo, asumimos que cuando se tiene que decidir algo todo el proceso es realizado conscientemente. Este nuevo resultado cuestiona precisamente esta asunción. Parece ser que lo que realmente ocurre es que la decisión es desarrollada a lo largo de mucho tiempo y construida lentamente en el cerebro en una cascada de procesos cerebrales inconscientes que lideran la toma de decisiones hasta que se toma conscientemente la decisión final.
Los participantes en el estudio eran libres de elegir si querían apretar un botón situado a su derecha o un botón situado a su izquierda. Aunque eran libres de tomar esa decisión tenían que recordar en qué momento sintieron que habían decidido apretar uno de los dos botones. El objetivo del experimento era saber qué pasaba en el cerebro en el periodo de tiempo anterior al momento en el cual la persona sentía que había tomado una decisión en concreto.
Los investigadores encontraron que era posible predecir, a partir de la actividad cerebral, qué opción iban a elegir los participantes hasta siete segundos antes de que esa decisión fuera consciente en sus mentes.
Normalmente los científicos del campo estudian qué pasa cuando se toma una decisión pero no qué pasa segundos antes. El hecho de que las decisiones se puedan predecir con tanta anticipación es un resultado realmente asombroso.
Este resultado puede recordar a la película «Minority Report», pero en este caso no se trata sólo de saber las intenciones de un individuo que ha decidido ya cometer un crimen, sino predecir las intenciones de un individuo incluso cuando ni él mismo sabe qué decisión va a tomar.
La predicción de estas decisiones libres fue posible gracias a un sofisticado programa informático que puede ser entrenado para reconocer patrones típicos en la actividad cerebral (proporcionados por un sistema de resonancia magnética nuclear funcional) que precedan a elecciones entre dos opciones. La actividad de micropatrones en el córtex frontopolar fue predicha incluso antes de que los propios participantes supieran conscientemente qué opción iban a elegir.

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Las regiones cerebrales (en verde) en las cuales las decisiones de los participantes pueden ser predichas antes de ser tomadas. Arriba se muestra un patrón de actividad cerebral en 3D de una región informativa del cerebro. Se puede entrenar un programa de ordenador para que reconozcan cuál de estos micropatrones se da justo antes de que se decida apretar un botón u otro. Foto: John-Dylan Haynes.

De momento la resolución del sistema no permite ver la oscilación entre las diferentes alternativas que debe de darse en el cerebro. Para ello se necesitaría un escáner más potente, ya que la actividad de la región del cerebro en la que se procesa esto es difícil de visualizar debido a que tiene bastante ruido por razones biofísicas. Se sabe que, en teoría, se podría extraer más información de la actividad neuronal a una escala menor.
Una vez que la decisión consciente es tomada se ponen en acción otras regiones cerebrales, incluidas las motoras, y esto también se puede ver en el escáner (resultado estándar obtenido en muchos otros experimentos previos disponibles en la bibliografía científica). Digamos que los voluntarios no podían fingir estar tomando una decisión cuando ya la habían tomado y esperar a apretar el botón correspondiente.
Obviamente las predicciones no fueron perfectas, pero están por encima del 50% esperado de un resultado al azar. El estudio sugiere que la decisión es preparada inconscientemente de manera previa, pero que la decisión final puede ser todavía reversible.
Hace más de 20 años el científico norteamericano Benjamin Libet descubrió que una determina señal cerebral se daba una fracción de segundo antes de tomar una decisión consciente. Los experimentos de este investigador fueron controvertidos y dieron lugar a un fuerte debate. Muchos científicos argumentaban que si nuestras decisiones fueran preparadas inconscientemente en el cerebro, entonces nuestro sentimiento de «libre albedrío» sería una ilusión. Bajo esta perspectiva es el cerebro el que toma las decisiones y no la mente consciente de la persona. Los experimentos de Libet eran particularmente controvertidos porque encontraron un retraso entre la actividad cerebral y la decisión consciente.
En Filosofía se ha debatido mucho sobre si existe o no el libre albedrío. Según algunos seríamos poco más o menos que máquinas deterministas. Una especie de «máquinas» o «zombis». Según Haynes los seres humanos somos un 80% «zombis» y el 20% restante sería la punta del iceberg alcanzando nuestra parte consciente. La parte inconsciente, ese 80%, se encargaría de procesar en detalle las cosas para así no sobrecargar la parte consciente.
Según otros experimentos se puede ver que, en situaciones confusas, cuando tenemos que decidir entre ciertas opciones es mejor fiarse de la intuición o del «sexto sentido» que tomar una decisión racional. De nuevo sería la parte inconsciente del cerebro la que habría preprocesado un montón información para ayudar a la toma de decisiones. Luego ese sentimiento de intuición no sería arbitrario.
Por tanto, la mente consciente construiría las decisiones a partir de la información aportada por nuestra parte inconsciente que haría las veces de «secretaria», seleccionando y procesando previamente la información disponible.
En este caso se ha demostrado que la actividad cerebral puede predecir una decisión hasta 7 segundos antes de que la persona tome la decisión conscientemente. Sin embargo, no se descarta la existencia del libre albedrío. Las decisiones son preparadas inconscientemente mucho tiempo antes de lo que se había pensado, pero los investigadores no saben dónde o cómo se toma la decisión final. Según ellos se necesita investigar si una decisión inconsciente ya preparada por estas regiones cerebrales puede ser reversible. Las predicciones hechas hasta ahora lo son con un porcentaje de aciertos bajo y los investigadores implicados quieren averiguar en sus próximos estudios si se puede mejorar este margen. Si lo aumentaran mucho, hasta llegar al 100% de los casos, se podría descartar el libre albedrío en este tipo de toma de decisiones.
Pero apretar un botón u otro puede carecer de interés para el individuo estudiado, importándole más bien poco o nada la decisión tomada, por eso también quieren investigar cómo es la toma de decisiones cuando tienen un interés en el asunto, como por ejemplo qué auto comprar de entre los que ofrece el mercado.
¿Decidió usted leer este artículo hasta el final? Puede que sólo fuera su parte inconsciente la que le obligó.

Fuentes y referencias:
Max-Planck-Gesellschaft [1]
Artículo original (resumen). [2]
Unbewusste Entscheidungen im Gehirn. [3]
Entrevista a John-Dylan Haynes (Podcast en inglés). [4]
Foto: Minority Report.