Varias compañías trabajan en el desarrollo de generadores termoeléctricos que acoplados al tubo de escape extraigan energía a partir del calor de los gases expulsados.
|
|
|
La compañía General Motors ya ha desarrollado un generador termoeléctrico para generar electricidad a partir del calor de los gases de escape de un motor de explosión interna. Este dispositivo puede mejorar la eficiencia del sistema tradicional en un 5%. Otros grupos de ingenieros de otras compañías pretenden incluso conseguir rendimientos mayores.
Los motores de explosión interna (básicamente todos los que usan nuestros automóviles, sean de ciclo Otto o Diesel) tienen una eficiencia muy baja. Convierten en movimiento sólo un pequeño porcentaje (en torno al 25%) de la energía contenida en el combustible, el resto escapa en forma de calor por el tubo de escape.
Pero siempre que haya dos focos de calor a distinta temperatura será posible usar una máquina térmica que produzca energía. Por eso varias compañías e instituciones (General Motors, Honda, BMW y Ohio State University) trabajan en un sistema que a partir del calor de los gases de escape se genere energía. La meta es mejorar la eficacia hasta un 10%. Solamente un 10% de mejora significaría el ahorro de 400 millones de litros de combustible anuales en los EEUU.
Para conseguir esta conversión utilizan sistemas termoeléctricos que convierten las diferencias de temperatura en electricidad directamente. Es el mismo tipo de tecnología que la NASA usa en las sondas interplanetarias que lanza al sistema solar exterior donde casi no hay luz solar, empleándose en ese caso unas pastillas de plutonio como fuente de calor. Por tanto esto constituiría un ejemplo más de aplicación de las tecnologías desarrolladas para el espacio.
Los ingenieros de GM ya consiguen una mejora del 5% con un prototipo que rodea el tubo de escape de un Chevrolet Suburban.
Este tipo de dispositivos podría sustituir al alternador que tienen todos los motores convencionales, ahorrándose la energía mecánica consumida por ellos. Un automóvil promedio puede expulsar unos 1500 vatios de potencia energética por su tubo de escape al circular por ciudad, mientras que el generador eléctrico del mismo produce unos 800 vatios que se utilizan para recargar las baterías y alimentar los dispositivos eléctricos del coche.
Algunos expertos pronostican que este tipo de dispositivos estén en el mercado en tres años.
Fuentes y referencias:
Ohio State University. [1]