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Un modelo climático relaciona extinción prehistórica con altas temperaturas debida al efecto invernadero

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Este mapa muestra la temperatura media anual en el Pérmico, hace 251 millones de años. Foto: Jeffrey Kiehl, NCAR.

Científicos del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR) de los EEUU han creado un modelo computacional en donde se simula el clima de la Tierra con un detalle sin precedentes en el momento de la mayor extinción masiva de todos los tiempos.
Estos resultados, que se publicarán en Geology en septiembre, apoyan la teoría de que un cambio abrupto en el nivel del dióxido de carbono disparó la extinción masiva del Pérmico hace 251 millones de años.
Según Jeffrey Kiehl, principal autor del artículo, estos resultados demuestran cómo de rápido puede aumentar la temperatura en la atmósfera y afectar la circulación oceánica, llevando los niveles de oxígeno a niveles tan bajos como para casi extinguir todos los seres vivos.
En la extinción del Pérmico el 90% o 95% de las especies marinas se extinguieron, así como el 70% de las terrestres. En ese momento las temperaturas a altas latitudes eran de 10 a 30 grados centígrados.
Una inusual actividad volcánica introdujo grandes cantidades de dióxido de azufre y CO2 durante un periodo de 700.000 años en esa era.
Para resolver el misterio, este equipo ha usado un modelo climático llamado Community Climate System Model (CCSM), que es uno de los mejores del mundo.
Este modelo indicó que las aguas oceánicas se calentaron significativamente a altas latitudes debido al CO2 que es un gas de efecto invernadero. El calentamiento llegó a una profundidad de 4000 metros interfiriendo con el proceso de circulación normal en el que las aguas frías superficiales descienden llevando oxígeno y nutrientes al interior del océano.
Las aguas terminaron estando estratificadas y con muy poco oxígeno, condiciones que son muy perjudiciales para la fauna marina. Según el modelo, la circulación marina se vio más afectada de lo que previamente se pensó.
Llevar a cabo esta simulación no ha sido fácil debido a la poca información que conocemos de ese periodo de tiempo y los investigadores tuvieron que estimar datos como la salinidad, las luz reflejada y composición química de la atmósfera entre otros.
Este estudio muestra que elevadas concentraciones de dióxido de carbono son suficientes para hacer que las condiciones para la vida marina sean inhóspitas y que sobre la tierra contribuya a la extinción masiva de especies.
Además, pone de relieve la importancia que tiene la interacción de todos los componentes, tanto físicos, como químicos y biológicos tanto de la atmósfera como de los océanos y continentes.