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Transferencia horizontal en mamíferos

Según unos investigadores parte del ADN de los mamíferos parece que se hubiera adquirido por transferencia horizontal. Si este descubrimiento se confirmara cambiaría la comprensión que tenemos sobre la evolución.

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Campylobacter. Foto: Citizendium.

Normalmente adquirimos nuestros genes verticalmente, es decir de nuestros padres, éstos de sus padres y así sucesivamente. Las bacterias por otro lado pueden transferirse genes horizontalmente del tal modo que ciertas cantidades de material genético pasan de una bacteria a otra entre individuos no emparentados.
Ahora biólogos de la Universidad de Texas en Arlington dicen haber encontrado algo sorprendente: transferencia horizontal en mamíferos y anfibios. Cédric Feschotte, líder del estudio, dice que los responsables de esta transferencia horizontal serían transposones que habrían saltado entre distintas especies gracias a los virus. Estos transposones habrían sido luego asimilados en nuestros cromosomas, asegurándose así su paso a las siguientes generaciones.
Según él que parte del ADN de los mamíferos no provenga de alguna especie ancestral es una idea muy interesante.
De los 26 genomas estudiados el equipo de investigadores encontró secuencias de ADN de casi idéntica longitud, y conocidas como transposones hAT, en siete especies separadas hasta en 340 millones de años evolutivos. Entre esas siete especies se encuentra un erizo, el oposum americano y una rana.
El hecho de que se hayan encontrado estas secuencias en el gálago (un primate perteneciente a la familia de los loris) y en los erizos terrestres pero no en los elefantes sugiere que está ocurriendo algo más exótico que la herencia ordinaria.
Sin embargo, puede que algunas especies hayan perdido algunos de estos transposones en el curso de la evolución y se tenga ahora esa apariencia «parcheada» sobre el árbol filogenético respecto a estas secuencias y que la transferencia horizontal no sea tal. Paara dilucidar este problema estudiaron la posición del transposón hAt. Si hubiese sido heredado verticalmente se encontraría en la misma posición respecto a otros genes en cada especie, pero si hubiese sido transferido horizontalmente no sería el caso. Según lo observado se trataría de transferencia horizontal.
Una vez en el genoma este transposón se ha reproducido dramáticamente produciendo 99.000 copias de sí mismo y contribuyendo a un buen porcentaje del ADN total. Feschotte especula que esto debe de haber tenido un gran efecto sobre el desarrollo evolutivo.
Este científico espera más informes sobre transferencia horizontal de genes y que esto haga cambiar el paradigma genético. La transferencia horizontal de genes sería, por tanto, más frecuente de lo pensado anteriormente, cuando se creía que sólo se daba raras ocasiones.
Estos científicos creen que la invasión del transposón hAT ocurrió hace 30 millones de años y que se propagó al menos a dos continentes. Sería como una pandemia que infectara especies que no estarían ni genéticamente ni geográficamente cerca. Esto coincide con el momento en el que se produjo una extinción masiva de mamíferos que normalmente se asocia al cambio climático, pero según Feschotte no sería descabellado pensar que esta «invasión genética» hubiese contribuido a la extinción.
Aunque este transposón en concreto no está presente en el genoma humano, un 45% de nuestro material genético tiene un origen transposónico.
Si todo esto se confirma será la primera vez que se informa de transferencia genética horizontal entre genomas de mamíferos y la primera vez que se mostrase su simultaneidad entre especies no relacionadas en diferentes lugares del pasado.
Feschotte cree que la fuente de estos transposones estaría constituida por los murciélagos. Estos animales suelen ser un importante reservorio de toda clase de virus (como el de la rabia, el ébola, SARS, etc.) que suelen difundir por todas partes. La puerta a nuevas invasiones de transposones estaría por tanto todavía abierta.
Greg Hurst de University of Liverpool dice que este mecanismo puede ser evolutivamente significativo porque los nuevos elementos genéticos tienden a ser más activos en el genoma que otros que la maquinaria genética ha evolucionado para contener. Las consecuencias de este tipo de invasión serían fatales en general, pero algunas veces proporcionaría alguna ventaja. Según Hurst en este caso la evolución tomaría el carril rápido.

Fuentes y referencias:
Artículo en NewScientist. [1]
Artículo original (resumen). [2]