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Aumenta rápidamente la acidez de los océanos

Según las medidas de campo la acidez de los océanos aumenta a un ritmo muy superior a lo predicho.

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Uno de los efectos más perniciosos de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano es la acidificación de los océanos. El CO2 se combina con el agua y produce ácido carbónico. Aunque la acidez no sea muy elevada puede dificultar o impedir la formación de conchas y exoesqueletos de los animales marinos o la formación de corales duros. Estos seres utilizan calcita, aragonito y otros minerales de carbonato cálcico que son sensibles a la acidez. Un pequeño experimento que se puede hacer en casa es sumergir un trozo de coral encontrado en playa en un vaso de vinagre y ver cómo se disuelve. Es la misma razón por la cual algunos pavimentos de caliza utilizados para cubrir el suelo de una casa pueden dañarse si se vierte vinagre accidentalmente (incluso al mármol le pasa lo mismo).
Aunque pudiéramos controlar la temperatura atmosférica con algún método desconocido, si no impedimos la acidificación de los océanos las consecuencias serán igualmente dramáticas. Podría darse una extinción masiva que colapsara los océanos. En el pasado hubo épocas en las que los niveles de dióxido de carbono eran elevados, pero la vida marina se las ingenió evolutivamente para adaptarse al nuevo ambiente porque el cambio se produjo de manera lenta. Hace tiempo incluso hubo numerosos animales que utilizaban el sílice para construir sus esqueletos. Las esponjas y las diatomeas actuales así lo hacen.
En el presente el ritmo de aumento de la acidez de los océanos es la clave. Si esta velocidad es muy alta a las especies no les dará tiempo a adaptarse y se extinguirán. Si fuera lento habría esperanza.
A veces se utilizan modelos informáticos para predecir cómo será el clima futuro o cuál será la acidez de los océanos, pero no siempre nos podemos fiar de los modelos.
Ahora Timothy Wootton y sus colaboradores de University of Chicago han documentado con datos reales que la acidez de los océanos crece más rápido de lo que previamente se había pensado. Además pueden demostrar que este aumento de la acidez está correlacionado con el aumento de dióxido de carbono atmosférico.
Aunque se había predicho que el aumento de los niveles de dióxido de carbono haría aumentar la acidez de las aguas, las pruebas empíricas han sido limitadas hasta el momento.
Este nuevo estudio se basa en 24.519 medidas del pH oceánico realizadas a lo largo de ocho años. Esto representa la primera base de datos detallada del pH costero a una latitud templada, latitud que corresponde a las regiones de mayor producción pesquera del mundo.
Según este estudio la acidez aumenta 10 veces más deprisa que lo predicho por los modelos de cambio climático y otros estudios. Según Wootton este aumento tendrá un impacto severo sobre la red alimenticia marina y muestra que la acidificación es un asunto más urgente de lo pensado, al menos en ciertas áreas oceánicas.
El océano juega un importante papel en el ciclo del carbono. Este gas se disuelve en el agua de los océanos. Durante el día su nivel cae debido a la fotosíntesis, pero por la noche su nivel sube de nuevo. Este estudio ha documentado este ciclo diario, así como el aumento promedio total de la acidez en el tiempo.
La acidez oceánica interfiere en el proceso de formación de los arrecifes coralinos, y por tanto pone en peligro la existencia de numerosas islas de zonas tropicales. Amenaza que se suma al aumento del nivel del mar debido al calentamiento global (incluso sin deshielo solamente la dilatación del agua que ya hay producirá un desastre).
El estudio también ha documentado los efectos que el aumento de la acidez está provocando ya en la vida marina. Las poblaciones de mejillones y percebes en los alrededores de la isla Tatoosh (en el Pacífico, muy cerca de Vancouver) donde se hizo el estudio han ido decayendo conforme aumentaba la acidez. Al mismo tiempo las poblaciones de otras especies de animales de pequeñas cochas no calcáreas y de algas no calcáreas han aumentado.
Según Catherine Pfister, coautora del estudio, hasta el momento hay una falta de información sobre cómo ha cambiado el ciclo del carbono en años recientes. Las concentraciones de dióxido de carbono continuarán aumentando y este trabajo apunta a la urgente necesidad de entender mejor los cambios en el pH oceánico y su efecto sobre la vida marina.

Fuentes y referencias:
Nota de prensa en University of Chicago. [1]
Artículo original (resumen). [2]
Foto: J.T. Wootton, The University of Chicago.