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¿El descendiente de Anomalocaris?

Un fósil parece tener características intermedias entre Anomalocaris y los escorpiones.

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Todo aquel que se ha enfrentado a la lectura de «La vida maravillosa» de Stephen Jay Gould ha sentido una tremenda fascinación por los seres que allí se describen. Un tema técnico y académico como la explosión del Cámbrico es contado con tanta pasión que hace que a cualquiera, aunque no sea del campo, le entren ganas de ir a Canadá a golpear con un martillo de geólogo la pizarra de las Montañas Rocosas.
La explosión del Cámbrico es un misterio que hasta a Darwin hechizó. Gould sugiere que los animales maravillosa y exquisitamente conservados en las pizarras de Burguess Shale representan una diversidad biológica mayor que la actual, con muchos linajes que fueron experimentos evolutivos, y que muchos de ellos terminaron extintos. Otros expertos discuten esta interpretación y afirman que casi toda la fauna del Cámbrico se podría clasificar en los filos modernos.
En todo caso la fauna de hace 505 millones de años que Gould describe en su libro, sobre todo tal y como es relatada, hace palidecer a los dinosaurios, aunque no sea en tamaño, sí en interés. Porque, seamos sinceros, visto un dinosaurio los has visto todos. Todos ellos tienen dos ojos y cuatro patas, mientras que algunos de los seres cámbricos eran de lo más extraños, como Opabinia con su trompa y sus cinco ojos. Uno de los seres que se describe es Anomalocaris, el mayor depredador conocido del Cámbrico. Su boca circular y sus dos tentáculos espinosos en forma de garra debían de ser el terror de los trilobites.

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Fosil de Schinderhannes bartelsi. Foto: Steinmann Institute, University of Bonn.

Ahora se ha encontrado un descendiente de Anomalocaris y que estaría «a medio camino» entre él y los actuales escorpiones y el cangrejo de herradura (también llamado cangrejo de las Molucas o cangrejo cacerola). Se ha llamado a este ser Schinderhannes bartelsi. El fósil de 390 millones de edad se sitúa en el periodo Devónico y fue descubierto en Alemania, cerca de Bundenbach, en un yacimiento paleontológico denominado pizarras de Hunsrück. Este lugar ha proporcionado espectaculares ejemplares piritizados de otros seres en muy buen estado de conservación que han permitido clarificar la evolución de los artrópodos. Entre los que se han hallado se cuentan seres similares a los langostinos, escorpiones, arañas de mar y trilobites.
Schinderhannes era un ser singular, tenía una cabeza similar a la del Anomalocaris del Cámbrico y un cuerpo muy similar al de los modernos artrópodos.
Derek Briggs, del Peabody Museum of Natural History, es uno de los autores del artículo de Science donde se estudia este fósil.
Hasta ahora los científicos se preguntaban sobre el origen de los apéndices situados en la cabeza de los escorpiones y de los cangrejos de herradura. Los autores de este trabajo sugieren que Schinderhannes puede proporcionar pistas al respecto. Los apéndices de este ser, oponibles y con espinas proyectándose hacia dentro, son muy parecidos a los de Anomalocaris, que podría ser su antepasado y que se extinguió 100 millones de años antes de que apareciera Schinderhannes. Tiene además unos ojos bulbosos y una boca circular. Sin embargo, su cuerpo de 12 segmentos se asemeja más al de los artrópodos y cuenta con dos pares de aletas laterales y una cola larga terminada en aguja. Su propulsión sería similar a la de los modernos pingüinos cuando están bajo el agua. A diferencia de Anomalocaris que podía llegar a medir un metro Schinderhannes, sin embargo, sólo medía unos 10 cm.
Lo más triste de esta historia es que el yacimiento paleontólogico donde se ha encontrado este fósil y muchos otros ha tenido que clausurarse por razones económicas. Según Briggs puede que los únicos especímenes adicionales que puedan aparecer estén en manos de coleccionistas privados y que éstos no sean ni siquiera conscientes de lo que tienen.

Fuentes y referencias:
Nota de prensa en Yale University. [1]
Artículo original (resumen). [2]
Hunsrück. [3]
Fauna de Burguess Shale. [4]
Foto cabecera: reconstrucción de Schinderhannes bartelsi, por Elke Gröning.