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Graves indicios de calentamiento en Alaska

Según los últimos estudios el cambio climático está afectado ya a Alaska, observándose numerosos indicios: poblados antes asentados sobre un sólido permafrost se están hundiendo, explosión de insectos depredadores de madera, gran número de incendios forestales, reducción de áreas cubiertas por los hielos, etc.

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Esta composición de la zona ártica se ha confeccionado a partir de fotos de satélite de 1979 (izquierda) y de 2005 (derecha) durante el mínimo de hielo estacional de verano que se produce a finales de septiembre. Se aprecia un claro retroceso de las masas de hielo equivalente a unas 128 millones de hectareas. Ampliar foto izquierda [1]. Ampliar foto derecha [2]. Foto: NASA.

Según un estudio la temperatura atmosférica en esa región ha aumentado de 2 a 3 grados centígrados en las últimas cinco décadas. Este aumento de las temperaturas es más pronunciado en invierno y primavera, siendo más intenso que en el resto del mundo, donde el promedio de aumneto es de 0,6 grados centígrados según la Environmental Protection Agency.
Muchos investigadores afirman que este calentamiento se debe al efecto invernadero. El ser humano ha estado emitiendo gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, principalmente debido a la combustión de combustibles fósiles (gasolina, carbón, gas oil, gas natural,…).
Entre los indicadores de este cambio en Alaska tenemos una plaga de escarabajos que ha cubierto miles de hectáreas de bosque en la parte central y sur de esta región. Se debe a que los inviernos más suaves no rebajan la población de este insecto. Además, los bosques de la región infectados por estos insectos sufren de gran estrés y terminan estando muy secos, haciendo de ellos más susceptibles de sufrir incendios.
Estos insectos han estado coexistiendo con el entorno durante mucho tiempo sin ningún problema, pero su población estaba controlada porque la mayoría de ellos perecían por el frío en invierno (Glenn Juday, University of Alaska Fairbanks).
Pero no son sólo este tipo de bosques infectados los que sufren el problema del cambio climático. Muchos otros sufren otros síntomas del aumento de las temperaturas, su debilidad también les expone más fácilmente al fuego, haciendo que la última temporada los incendios hayan batido todas las marcas previas.
En el frío interior el permafrost (suelo que permanece congelado todo el año) se está derritiendo, trasformándose en un suelo blando y esponjoso. Ya hay carreteras que tienen problemas de asentamiento y el pueblo de Shishmaref se está hundiendo de tal manera que ya hay preparativos para llevárselo a otro lugar más sólido. Los habitantes de estos lugares ven día a día indicios del cambio climático en su tierra. Entre otros síntomas está la alteración del ciclo del salmón. En el río Yukón los salmones ya han desarrollado parásitos que antes no tenían.
Por otra parte, la NASA ha revelado unos mapas de la región ártica basados en fotos de satélite durante los últimos 25 años (Ted A. Scambos, National Snow and Ice Data Center en Boulder). En ellos se aprecia las áreas mínimas cubiertas de hielo al final del verano. En ellos se ve una clara disminución de esas áreas en las regiones limítrofes con Alaska y Siberia. El área helada es ahora un 20% menor que hace 25 años. Este verano la parte cubierta por el hielo ha alcanzado el mínimo histórico en, al menos, los últimos 100 años (datos aéreos y de satélite).
Esa diferencia del 20% equivale a dos veces el área de Texas, es decir, unos 128 millones de hectáreas.
En la región ártica el deshielo se produce ya 17 días antes de lo normal, según estos datos históricos de satélite. Este deshielo prematuro descubre además rocas, suelo oscuro u océano abierto que son mucho más absorbente de la luz del sol que el blanco hielo, produciendo aun más calentamiento que derrite más hielo (Vladimir Romanovsky, Alaska Fairbanks’ Geophysical Institute.). Estos procesos de realimentación positiva podrían estar ya automantenidos (Ted A. Scambos, National Snow and Ice Data Center en Boulder).
A este paso el Ártico se transformará fuertemente en los próximos años y será navegable por algunos puntos. Según algunos cálculos el océano Ártico terminará siendo un mar libre de hielos en verano para el 2100, que desde el punto de vista geológico es un lapso de tiempo prácticamente instantáneo, haciendo que la adaptabilidad de las especies al cambio sea imposible. Animales como el oso polar, fuertemente dependientes de estas áreas para sus hábitos alimenticios, están ya en peligro.
Todos estos datos parecen confirmar lo que los modelos de computacionales, basados en la emisión de gases de efecto invernadero, predicen.
Las regiones polares están sufriendo más el cambio climático debido a que la atmósfera de la región acumula más fácilmente gases de efecto invernadero. El ciclo natural de disminución y aumento de hielo debido al sistema natural de corrientes atmosféricas, la llamada oscilación ártica, no es la responsable de estos marcados cambios según Mark C. Serreze (University of Colorado, Boulder).
Lógicamente los hielos no flotantes y glaciares de Alaska, Groenlandia y Siberia contribuirán al aumento del nivel de los océanos al derretirse, amenazando las zonas costeras de todo el planeta.
Otros expertos (Ignatius G. Rigor, University of Washington), sin embargo dicen que todo esto es más bien una combinación de factores medioambientales naturales y artificiales. Aunque admiten la influencia de los gases invernadero. Nadie niega ya “el factor humano”. En todo caso el sistema climatológico ártico es muy complejo y difícil de estudiar.

Información sobre esto en Earth observatory [3].
Mas datos en NSIDC [4].

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