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Cómo obtener agua del aire en el desierto

Desarrollan un sistema autosuficiente de producción de agua potable en el desierto a partir de la humedad ambiental.

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Las plantas no crecen en el desierto porque no hay agua disponible en el suelo. Sin embargo, en ausencia de oasis, lagos o ríos hay siempre algo de agua en el aire. Un grupo de científicos estudia cómo extraer el preciado líquido de la humedad ambiental. El sistema que han desarrollado se basa completamente en fuentes de energía renovables y es, por tanto, autónomo.
El aire siempre tiene una humedad relativa, incluso en los más inhóspitos lugares. En el desierto del Negev israelí, por ejemplo, la humedad relativa promedio del aire es del 64%. Esto quiere decir que en un metro cúbico de aire hay 11,5 centímetro cúbicos de agua. Para obtener un litro del preciado líquido bastaría con extraer la humedad de unos 100 metros cúbicos de aire.
Científicos del Instituto Fraunhofer de Stuttgart trabajan junto a sus colegas de la compañía Logos Innovationen en una manera de convertir esa humedad ambiental de forma autónoma y descentralizada en agua potable.
El proceso que han desarrollado se basa exclusivamente en fuentes de energía renovables como la energía solar térmica y fotovoltaica, que hacen de este método un sistema completamente autónomo. Esto permite que pueda funcionar en regiones en las que no hay infraestructura eléctrica.
El proceso se basa en una disolución salina higroscópica que atrapa la humedad ambiental y que corre por una torre por donde circula aire. Esta disolución es almacenada en un tanque a varios metros sobre el suelo en el que se puede hacer el vacío y que es calentado por colectores solares.
Debido a la baja presión en el interior del tanque la temperatura de ebullición es muy inferior a los cien grados centígrados por lo que el calor procedente de los colectores solares es suficiente para evaporar el agua y separarla de las sales.
El efecto es similar a cuando los montañeros suben a una montaña muy alta, como allí la presión atmosférica es menor que a nivel de mar, el agua les hierve a más baja temperatura. De este modo en la cumbre del Everest la temperatura de ebullición del agua es de sólo 69 grados centígrados.
En este caso una vez producida la evaporación se condensa el vapor de agua obtenido y el agua líquida baja con ayuda de la gravedad sin necesidad de ser bombeada.
La disolución concentrada de sal que queda es usada en un nuevo ciclo para absorber la humedad ambiental.
Según los expertos que han desarrollado el sistema el concepto puede utilizar para crear instalaciones de distinto tamaño. Ya han desarrollado prototipos que han ensayado en el laboratorio. El próximo paso es desarrollar una instalación de demostración.

Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [1]
Foto cabecera: impresión artística de una instalación funcional (Fraunhofer-Gesellschaft).