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Sobre la primera escisión en los bilaterales

Un equipo de investigadores encuentra los descendientes de la primera ramificación producida en los animales bilaterales en el árbol filogenético animal.

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Ejemplar de una de las especies de de Acoelomorpha. Foto: Eric Rottinger, Kahikai.org.

En el mayor análisis computacional intensivo filogenético hasta el momento, un equipo internacional de investigadores liderados por Brown University ha encontrado la primera ramificación evolutiva de los animales bilaterales. Los investigadores determinan además que los gusanos planos del grupo Acoelomorpha son los descendientes vivos más cercanos a esta escisión, la más profunda en el árbol filogenético de los bilaterales.
Las medusas, anémonas y otros animales primitivos tienen simetría radial, hay otros que tiene simetría pentagonal e incluso hay fósiles de extrañas criaturas de simetría tres. Pero casi todos los animales tienen simetría bilateral, es decir, una mitad es la reflexión especular (más o menos) de la otra a lo largo de un sólo plano específico. Los artrópodos, los humanos, las lombrices, la extinta Pikai o casi cualquier otro animal que se nos ocurra son animales bilaterales y todos tienen un ancestro común. El desarrollo de esta simetría bilateral dio lugar la aparición de la vida animal compleja durante la explosión del Cámbrico. Es la que permitió que la vida en este planeta se hiciera mucho más interesante.
Pero ahora no contamos con esa primera criatura que inventó la simetría bilateral y de la cual descienden casi todos los animales. Ese animal está en la base de un árbol evolutivo del cual sólo tenemos las hojas (las especies que aún están vivas) y unos cuantos fósiles. Pero contamos, eso sí, con toda la información genética de las especies actuales. Gran parte de los genes que conformaron especies ya extintas están todavía en sus genomas y podemos inferir cómo fueron y que especies de las actuales están más cerca de las ramificaciones más primitivas, incluso de aquellas que se dieron hace más de 500 millones de años.
Cuando se ha intentado comprender la evolución animal los gusanos planos ha sido un quebradero de cabeza para los biólogos. Los especialistas han debatido durante bastante tiempo sobre la ubicación taxonómica apropiada de un grupo denominado Acoelomorpha. Este grupo de gusanos, que comprende 350 especies, es parte de un supergrupo o subreino mucho más grande denominado bilateria que incluye a la mayoría de los filos animales: los que tienen simetría bilateral o “bilaterales” que ya hemso mencionado. La cuestión acerca de Acoelomorpha era saber dónde encajaba exactamente.
Para los científicos este grupo de gusanos era enigmático, un “pícaro” que ha estado vagando por el árbol de la vida, según Casey Dunn. Ahora, por fin, han conseguido establecer su sitio en el árbol filogenético gracias a un laborioso análisis genético.
Dunn y los científicos de numerosas instituciones internacionales que han participado en el proyecto han conseguido terminar con el largo debate que había antes. Al parecer Acoelomorpha pertenece, como clado hermano, a otros animales bilaterales.
El hallazgo es significativo, según Dunn, porque muestra que estos gusanos son el resultado de la escisión más profunda de los animales bilaterales, la primera divergencia evolutiva del subreino bilateria. Gracias a esto los científicos han conseguido tener una visión clave sobre el ancestro común a todos los bilaterales y que nos es desconocido por haber desaparecido en la noche de los tiempos.
Estos gusanos son tan distantes como puede ser un animal de los bilateria y seguir perteneciendo todavía a los bilateria. Por tanto, según Dunn, tenemos dos perspectivas para figurarnos cómo era ese ancestro común: los acoelomorfos y el resto de los animales bilaterales.
Además, este equipo internacional ha encontrado otros resultados. Estos científicos afirman sobre Xenoturbella, un tipo de gusano marino cuya afiliación ancestral bailaba entre los gusanos y los moluscos, que según los análisis genéticos pertenece a Deuterostomia, uno de los grupos más grandes del reino animal. Añaden que Xenoturbella es un pariente próximo de Acoelomorpha.
Además, Cycliophora, una especie única descubierta en 1994 que vive en las cerdas que rodean la boca de la langosta noruega Nephrops norvegicus, ha encontrado su lugar entre Entoprocta y Ectoprocta. Los investigadores basan este hallazgo en los análisis genéticos sobre Cycliophora realizados en estudios previos.
Los investigadores usaron una técnica de secuenciación genética denominada “etiquetas de secuencias expresadas” para llevar a cabo estos estudios filogenéticos. El objetivo de esta aproximación es analizar un gran número de genes procedentes de una gran número de animales. Para este estudio los investigadores analizaron 1487 genes, diez veces más genes que en estudios anteriores. En cuanto al tiempo de computación se necesitaron 2.250.000 horas de CPU en un supercomputador situado en California para obtener los resultados. Según Dunn este esfuerzo computacional ha sido el mayor y más intenso análisis filogenético hasta el momento.
Como siempre en este tipo de estudios al final lo único que hacemos es buscarnos a nosotros mismos. Cuando miramos a un ejemplar de Acoelomorpha estamos viendo al “hermano lejano” de nuestro “mega tataratatarabuelo” que dio lugar a todos los bilaterales. Y también nos recuerda que la pérdida de una sola especie nos hace perder conocimiento, incluso sobre nosotros mismos.

Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [1]
Artículo original. [2]