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Proponen escudo magnético de reentrada

Están desarrollando un sistema magnético para proteger a las cápsulas en su reentrada en la atmósfera terrestre.

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Hay una maniobra que siempre entraña peligro para una cápsula espacial y es la de su retorno a la superficie. La increíble velocidad de 7 o más kilómetros por segundo debe de reducirse a casi 0 para que así sus ocupantes o carga sobrevivan. La atmósfera de la Tierra facilita el trabajo mediante el rozamiento o fricción que produce en la cápsula que efectúa la reentrada en ella, pero a cambio de unas condiciones infernales. Toda la energía cinética que lleva la cápsula debe de disiparse entonces en forma de calor, pero esa energía es mucha y, por tanto, el calor generado muy grande. La consecuencia inmediata es que la temperatura sube tanto que el gas se ioniza, transformándose en un plasma.
La parte más emocionante de los documentales o películas sobre la carrera espacial es cuando las cápsulas espaciales alcanzan el nivel de ionización y todas las comunicaciones con ella se interrumpen. Al recuperar la señal el equipo en tierra suele respirar tranquilo. Aunque en la actualidad parece que todo está bajo control, siempre hay una posibilidad de que falle algo, incluso ahora cuando han pasado décadas desde los primeros lanzamientos espaciales. La tragedia del Columbia así lo demuestra.
Para proteger la cápsula se suele utilizar un pesado escudo de ablación que, básicamente, se quema poco a poco, llevándose lejos de la cápsula el calor abrasador. Otras veces, como en la lanzadera espacial, se utiliza un material refractario de alta tecnología que irradia el calor generado.
Ahora diversas agencias y compañías espaciales europeas están pensando en utilizar otra aproximación para resolver este problema. Como fuera de la cápsula se forma un plasma, ¿por qué no utiliza un campo magnético para desviarlo? Al fin y al cabo los sistemas de fusión por confinamiento magnético hacen algo parecido.
Para conseguirlo están desarrollando un imán superconductor que genere el campo magnético potente que se necesita para la tarea. Este campo se proyectaría fuera de la nave y desviaría las partículas de plasma. Según afirman sus partidarios este sistema sería más ligero y fiable que los sistemas tradicionales.
En la actualidad están en pleno desarrollo del sistema y no han finalizado los detalles técnicos que permitan embarcar el sistema en una cápsula rusa Volan para realizar una prueba. También tendrán que modificar la trayectoria de reentrada para compensar el nuevo sistema de desvío de aire caliente. Además en el experimento será complicado recoger datos de telemetría debido al problema de ionización.
La cápsula Volan y el nuevo sistema magnético serían lanzados en un vuelo suborbital desde un submarino ruso en el mar. Para el lanzamiento se utilizará un misil balístico modificado Volna. La reentrada se efectuará a Mach 21 y la cápsula aterrizará sobre la remota región de la península de Kamchatka.
Detlev Konigorski de EADS Astrim afirmó el mes pasado que esperan que el lanzamiento se efectúe en unos tres años si es finalmente aprobado.

Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [1]