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El color de los dinosaurios

Se ha logrado identificar el color de las plumas de algunos dinosaurios fósiles por vez primera.

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Fósil de Sinosauropteryx. Fuente: Instituto Nanjing.

Los dinosaurios siempre nos han fascinado, incluso antes de que se rodara “Parque Jurásico”. Quizás se deba a esa pinta de lagartos terribles salidos de nuestras peores pesadillas. Sus fósiles nos pueden dar una idea de cómo de voluminoso era su cuerpo, qué musculatura tenían, cuáles eran sus presas, qué vegetales comían (los coprolitos son una fuente valiosa de información)… Pero los fósiles no nos dicen de qué color eran, por lo menos hasta ahora. El color de los dinosaurios de las películas se debía a la imaginación de los artistas.
Recientemente, unos paleontólogos han podido descubrir que el terápodo Sinosauropteryx tenía cerdas o precursores de plumas en tramos alternos de color naranja y blanco en su cola de manera similar a un lemur moderno. En futuros estudios se podrá describir con mayor precisión los patrones de coloración de este animal extinto.
Mike Benton, de the University of Bristol, dice que la investigación de su equipo proporcionará una mejor comprensión de la función de las plumas y su origen. En esta investigación participan también investigadores de la Universidad de Pekin, del University College Dublin y de Open University. En particular desean poner fin al debate sobre si las plumas aparecieron para el vuelo, como aislante térmico o para comunicación (rituales de apareamiento, camuflaje, amenaza…).
Las plumas simples o cerdas de Sinosauropteryx sólo estaban presentes en determinadas partes del cuerpo, por lo que su supuesta función termorreguladora (aislante térmico) sería muy limitada. Y lo que sí se sabe seguro es que las plumas aparecieron antes que las alas u otras estructuras destinadas al vuelo.
Según creen estos investigadores las plumas aparecerían primero como agentes para el despliegue de color y luego evolucionaron para desempeñar el papel de aislante térmico y para el permitir el vuelo. Esta reutilización de determinados rasgos anatómicos para destinarlos a otros usos es típica de la evolución, pues nunca se rehace un organismo desde la nada.
El fósil encontrado en China pertenece a un dinosaurio carnívoro de 1,2 metros y de unos 125 millones de años cuya espalda, cola, cabeza, cuello estaban recubiertos con precursores de plumas que formaban franjas irregulares de color. Contaría con una cresta formada por el mismo tipo de estructuras.
El color lo han podido averiguar gracias al análisis de los melanosomas que todavía contenían los fósiles, y que en origen se corresponderían a un color blanquecino o naranja según el caso. Los melanosomas son orgánulos de color (contienen melanina) que están presentes en las estructuras del pelo y de las plumas de los mamíferos y aves modernos, y que proporcionan los colores negro, gris, naranja y marrón. Hay tanto eumelanosomas como phaeomelanosomas, que suministran una gama de color gris-negra o una naranja-marrón respectivamente.
Como los melanosomas son parte integral de las proteínas resistentes que forman las plumas, pueden sobrevivir a la desaparición de estas últimas y conservarse durante cientos de millones de años si se dan las condiciones de fosilización adecuadas. Es la primera vez que se informa sobre la presencia de estos orgánulos en plumas de dinosaurios.
La estructura del melanosoma revela el color en particular al que dieron lugar cuando formaba parte de las plumas, estructura que se puede determinar mediante el uso de microscopía electrónica. Esta técnica de análisis fue desarrollada el año pasado en la Universidad de Yale.
El equipo de investigadores no encontró estructuras responsables para otros colores como amarillos, azules o morados.

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Reconstrucción artística del terápodo Sinosauropteryx, que tendría plumas de colores. Fuente: Chuang Zhao y Lida Xing.

Este descubrimiento apoyaría la teoría según la cual las aves evolucionaron a través de una larga línea de terápodos (dinosaurios carnívoros), y que la combinación única de plumas, alas, esqueleto ligero, metabolismo elevado y sistema nerviosos y visual mejorados de las aves evolucionó paso a paso durante 50 millones de años de evolución de los dinosaurios en el Jurásico y Cretácico.
Según Benton el hallazgo permite explorar aspectos de la vida y comportamiento de los dinosaurios y aves primitivas que vivieron hace más de 100 millones de años.
Ahora están estudiando la parte del genoma que controla el desarrollo de las plumas, que junto a los datos paleontológicos les permitirá diseccionar, según este investigador, la historia evolutiva en detalle de las plumas.
Aunque a partir de ahora muchos paleontólogos buscarán melanosomas en el registro fósil, va a ser difícil averiguar el color de otros dinosaurios. Además de que no todos los dinosaurios tenían plumas o sus precursores, éstas o sus restos se conservan mal y no suelen fosilizarse.
Así que hace unos 125 millones de años unos dinosaurios pelirrojos utilizaban su primitivas plumas para comunicarse algo entre sí, y luego a partir de ahí surgieron las aves que surcan ahora los cielos. Quizás no tengamos ya dinosaurios, pero tenemos unos dignos descendientes.

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Fuentes y referencias:
University of Bristol. [2]
Vídeo. [3]
Fucheng Zhang, Stuart L. Kearns, Patrick J. Orr, Michael J. Benton, Zhonghe Zhou, Diane Johnson, Xing Xu, and Xiaolin Wang.
Fossilized melanosomes and the colour of Cretaceous dinosaurs and birds. Nature advanced online publication, 27 January 2010.