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Parámetros orbitales y clima terrestre

Encuentran una correlación entre el clima terrestre de los últimos 1.200.000 años y la excentricidad de la órbita terrestre, pero este patrón no se da si se consideran los últimos 5 millones de años.

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Un análisis de los últimos 1,2 millones de años realizado por Lorraine Lisiecki, de UC Santa Barbara, estudia los patrones climáticos del pasado terrestre y su relación con los cambios periódicos en los parámetros orbitales terrestres.
Lisiecki realizó un estudio del clima terrestre mediante el análisis de muestras de sedimentos marinos procedentes de 57 localizaciones distintas a lo largo de todo el mundo. Gracias a este tipo de análisis se puede estudiar el clima terrestre a lo largo de millones de años. Los sedimentos marinos se han ido acumulando por capas a lo largo del tiempo, llevándose con ellos información sobre el momento en que se depositaron. Cuanto más profunda haya sido tomada la muestra más antigua será, revelando el clima de una época específica. Lisiecki ha conseguido relacionar el clima con los cambios naturales de la órbita terrestre en el pasado.
Esta investigadora, después de comparar y analizar los datos obtenidos, señala que el patrón de cambios climáticos sobre el pasado millón de años probablemente está relacionado con complicadas interacciones entre diferentes partes del sistema climático, así como con tres sistemas orbitales diferentes. El primero es la excentricidad de la órbita, el segundo su inclinación (oblicuidad) y el tercero es la precesión de los equinoccios, que son los cambios en la orientación del eje de rotación (con un ángulo de inclinación fijo). Parámetros orbitales que han sido relacionados en diversas teorías con el clima y las glaciaciones, así que esta investigadora se puso a comprobarlo.
Se sabe que la órbita terrestre cambia de forma en un ciclo de 100.000 años, haciéndose más elíptica (más excéntrica) o más circular en ese intervalo temporal. Además, las glaciaciones han ocurrido también cada 100.00 años, durante los últimos 800.000 años.
Lisiecki encontró que la cronología de los cambios en el clima y en la excentricidad de la órbita terrestre coinciden. La correlación entre ambas aspectos es muy clara según Lisiecki y no es probable que ambos eventos no estén relacionados.
Por otro lado, no encontró correlación alguna entre la oblicuidad y el clima terrestre en el periodo analizado.
Además de esta conexión entre glaciaciones y forma de la órbita terrestre, Lisiecki encontró otra correlación sorprendente. Descubrió que los ciclos glaciares más importantes sucedieron durante los cambios más débiles en la excentricidad de la órbita terrestre y vice versa, pues los cambios más fuertes en la órbita terrestres se correlacionaban con cambios más débiles en el clima.
Según ella, esto significa que el clima terrestre tiene una inestabilidad interna que se añade a la sensibilidad a los cambios orbitales.
Sin embargo, no encontró correlación alguna entre este ciclo orbital de 100.000 años y el clima en los últimos 5 millones de años. Esta investigadora propone que esta ausencia de correlación se debería a una fuerte precesión asociada con una fuerte excentricidad que perturbaría los sistemas de retroalimentación internos del sistema climático que controlan el ciclo glaciar de 100.000 años. Según ella, esto apoyaría la hipótesis de que los ciclos de retroalimentación climáticos dirigidos internamente son la fuente de las variaciones de 100.000 años.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [2]
Artículo original (resumen). [3]
Foto cabecera: NASA