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Dawn ya orbita Vesta

La sonda Dawn ya orbita el asteroide Vesta. Después de un año se dirigirá a Ceres.

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Cuando algunos éramos niños casi no teníamos imágenes de calidad de la mayoría de los planetas. Los libros de Astronomía de la escuela mostraban borrosas imágenes de telescopio e impresiones artísticas. Luego las sondas Voyager llegaron a los planetas exteriores Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno y nos mandaron preciosas fotos de estos planetas y sus lunas que nos llenaron de fascinación. La sonda Galileo orbitó Júpiter y la Cassini todavía retransmite fotos y datos de Saturno y sus satélites. Cassini incluso dejó caer un módulo sobre el misterioso Titán, un sitio que nos hizo vislumbrar la rareza de posibles mundos.
Otras misiones llegaron a Marte y nos transmitieron fotos desde su superficie. Algunas de esas misiones dejaron además pequeños vehículos que se desplazaban por la superficie. Uno de esos rovers todavía está por ahí y se dirige muy despacio a un gran cráter, con un poco de suerte quizás llegue. También la sonda Messenger ha llegado recientemente al craterizado Mercurio y ya orbita ese calcinado mundo.
Todas esas misiones han aumentado increíblemente la visión que tenemos de otros mundos. Ya no necesitamos de impresiones artísticas ni usar la imaginación. Pocas cosas han expandido tanto nuestra mirada hacia lo que nos rodea en el Cosmos. Quizás algún día los hombres puedan poner el pie sobre algunos de esos mundos y la aventura del descubrimiento humano habrá dado un paso más hacia las estrellas. Mientras tanto esperamos que se gaste menos en guerras y más en descubrimientos que nos permitan soñar despiertos.
Hace unas pocas décadas el cinturón de asteroides era algo misterioso y peligroso. Había temores de que las Voyager no pudieran cruzarlo. Este cinturón se encuentra entre Marte y Júpiter, pero no es el único sitio del Sistema Solar en donde hay cuerpos menores. Están también los troyanos, en los puntos Lagrange de Júpiter. Y también los asteroides cercanos a la Tierra, que en cualquier momento pueden suponer un peligro.
Más allá de Neptuno está el cinturón de Kuiper y mucho más allá la nube de Oort. Estas regiones remotas son las “fuentes” que producen los cometas, planetesimales que no pudieron formar planetas hace miles de millones de años y que de vez en cuando se subliman bajo la acción del Sol.
Pero el cinturón de asteroides, pese a contener muchos cuerpos, está más vacío de lo que nos imaginábamos. O, al menos, la probabilidad de choque de una sonda contra uno de ellos es más bien reducida. Aún así, algunas de esas misiones aprovecharon el viaje a su través para tomar fotos de algún asteroide. Eran patatas rocosas sobre las que no podríamos jugar al tenis so pena de satelizar la pelota. Algunos tenían incluso lunas naturales. Eran pequeños micromundos que recordaban al planeta de “El Principito”.

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Comparativa a escala de distintos asteroides. Fuente: NASA.

Pero todavía los grandes asteroides no eran más que puntos de luz distante sobre fotos aburridas. Alguno tiene ya la categoría de planeta enano o dejan de ser patatas rocosas para tomar una forma esférica. Son objetivos dignos de ser investigados.
Para explorar esos cuerpos se envió la sonda Dawn (“amanecer” en inglés). Esta misión tuvo un nacimiento difícil y estuvo a punto de ser cancelada. Se rediseñó (o amputó) y finalmente fue lanzada hace cuatro años. La idea es que explore esos asteroides y que la información aportada nos ayude a comprender el nacimiento del Sistema Solar. Los asteroides son parte de los «escombros» o restos de la formación de nuestro sistema y los materiales que los componen están poco alterados.
Dawn acaba de entrar en órbita del asteroide Vesta y después de un año reemprenderá la marcha hacia el planeta enano Ceres, al que llegará en 2015. Es la primera vez que una sonda espacial realiza este tipo de viaje. Normalmente, una sonda o bien pasa de largo o bien entra en órbita. Este tipo de maniobra es posible en este caso gracias al uso de los motores iónicos de la nave, que están alimentados por energía solar. Dawn ha conseguido, gracias a estos motores, batir la marca mundial en este tipo de aceleración, con una ganancia sobre la velocidad inicial de 6,7 km/s.
Vesta tiene unos 500 km de diámetro y Ceres llega a los 1000 km. Estos cuerpos, que son los más masivos del cinturón de asteroides, aparentemente han sobrevivido a los múltiples choques que se deben de haber producido entre los miles de cuerpos que se encuentran en el cinturón.
El estudio comparativo de Dawn ayudará a comprender cómo dos cuerpos de tamaño similar han tenido evoluciones distintas y cómo les ha afectado. Se cree que Vesta es como una Tierra en miniatura, con un núcleo metálico y un manto y corteza rocosos. Por otro lado, se cree que Ceres tiene más agua y que tiene una densidad total menor que la de la corteza terrestre. Quizás contenga una buena capa de hielo recubierta de polvo o incluso un océano líquido subterráneo. Estos datos provienen de análisis espectrales realizados con telescopios y modelos teóricos.
Dawn tiene una cámara capaz de mostrar detalles superficiales de hasta 10 m de tamaño, un espectrómetro y un detector gamma y de neutrones. Estos instrumentos ayudarán a determinar la composición de estos cuerpos. Los problemas presupuestarios hicieron que finalmente no se instalara el magnetómetro ni otro instrumento. Esto impedirá hacer un análisis magnético que ayude a analizar el interior de estos cuerpos.
Se cree que Vesta se formó después de que lo hiciera Ceres e incorporó isótopos radiactivos capaces de producir fenómenos volcánicos o tectónicos que pueden haber cambiado la superficie. Vesta tiene un gran cráter (ya detectado por el Hubble) que debe de haber expuesto los minerales interiores. Este objetivo de estudio es interesante desde el punto de vista científico.
Aunque Vesta y Ceres son pequeños, han tenido una influencia sobre la terrestre. Según los modelos informáticos estos cuerpos pasan uno cerca del otro frecuentemente y debido a esto tienen órbitas caóticas, lo que hace imposible predicciones a más de 400.000 años. Pero se especula que deben de haber afectado la órbita terrestre y de otros planetas. Además se cree que Vesta es la fuente de algunos de los meteoritos caídos sobre la Tierra.
La captura de Dawn por parte de Vesta ha sido un éxito, pero aún queda la fase de acercamiento, que necesitará de otras tres semanas. Habrá que esperar un poco a tener resultados científicos relevantes. De momento sólo se cuenta con las primeras imágenes de Vesta. Revelan una superficie compleja que parece haber conservado los eventos más antiguos de la historia del asteroide.
En la mitología romana, Vesta era la diosa del hogar, hija de Saturno y de Ops. Además era hermana de Júpiter, Neptuno, Plutón, Juno y Ceres. Representa el arte de mantener el fuego y está relacionada con las doncellas que eran reclutadas a la edad de diez años, como sacerdotisas del fuego eterno, para mantener encendida la llama del templo dedicado a la diosa.
Ahora que hemos dejado de temer a los dioses, soñamos con que un día no lejano los fuegos plasmáticos de nuevos sistemas de propulsión nos lleven hasta allí.

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Fuentes y referencias:
Noticia en Nature. [2]
Sitio web de la NASA sobre Dawn. [3]