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La malaria afecta más a personas que son más susceptibles a las picaduras de mosquitos o que viven en zonas de alto riesgo. Algunas personas son más propensas a esta enfermedad debido a su ubicación u olor atractivo para los mosquitos que transmiten la enfermedad.
Según David Smith del US National Institutes of Health en Bethesda (Maryland) sólo el 20% de la población de determinadas áreas del África subsahariana registran el 80% de las infecciones de malaria. La identificación de estas personas de alto riesgo podría dar las claves para que las autoridades sanitarias contengan la propagación de la enfermedad de una manera más eficiente.
Algunos factores obvios como vivir en casas pobres sin mosquiteras o vivir en áreas pantanosas facilita el contagio, pero el olor y los químicos que la gente desprende con el sudor o el aliento son también un factor muy importante, porque atrae en mayor o menor medida a los mosquitos que propagan la enfermedad.
Ésto último pasa incluso en el primer mundo, donde todos conocemos personas a los que los mosquitos les encuentran más apetitosos que a otras personas, pero en el tercer mundo las consecuencias de las picaduras pueden ser muy graves.
La malaria infecta a 300 millones de personas en todo el mundo cada año, la mayor parte en el áfrica Subsahariana, y de momento no hay una vacuna 100% efectiva.
Según Smith la mejor manera de administrar los recursos, que siempre son caros, es usar a estas personas como blanco de las medidas. Entre la medidas estarían mejorar sus viviendas, instalación de mosquietras, medidas de higiene y por supuesto las medidas sanitarias.
Referencia: Smith D. L., Dushoff J., Snow R. W.& Hay I.. Nature, 438. 492 – 495 (2005).