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Transferencia horizontal en Rafflesia

La planta parásita Rafflesia ha tomado prestados docenas de genes de la liana a la que parasita, genes que cumplen diversas funciones en la planta parásita.

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Una de las plantas que más llama la atención a los aficionados a la Botánica es la Rafflesia (Rafflesia cantleyi) que vive en la península malaya y en la isla Tioman.
Es famosa por poseer una de las flores más grandes del mundo, pues llega a tener casi un metro de diámetro. Lo malo es que es polinizada por moscas y para atraerlas la Rafflesia huele a carne podrida. Las moscas son engañadas porque al llegar al interior de la flor no hay carne podrida sobre la que depositar los huevos, pero se llevan consigo polen que pueden depositar en la siguiente flor de Rafflesia.
La flor de esta planta es prácticamente lo único que se puede ver de la planta, porque es un ser parásito. No necesita realizar fotosíntesis y por tanto no necesita hojas. No tiene tallo ni raíces y la flor no se puede sujetar a sí misma, sino que yace sobre el suelo o sobre el tronco de la planta a la que parasita. Extrae todos sus nutrientes de la liana Tetrastigma rafflesiae.
Rafflesia crea una relación íntima con la planta a la que parásita. Se introduce en los tejidos de Tetrastigma y desarrolla filamentos en contacto directo con las células de la liana. Rafflesia es tan dependiente de la planta a la que parasita que ha perdido la habilidad de sintetizar clorofila, pues no necesita realizar la fotosíntesis. La planta parásita crece dentro de los tejidos de la liana hasta que finalmente produce una gran flor de color rojo. Esta dramática y breve floración es lo único que un humano puede apreciar desde el exterior.
Ahora se ha descubierto que la Rafflesia no solamente ha estado robando nutrientes a la liana, sino también algunos de sus genes. Este asunto de la transferencia horizontal de genes está de moda en el mundo de la genética, pues se están descubriendo diversos ejemplos de este fenómeno, algo que hasta hace no tanto se creía que no podía darse.
Este íntimo contacto entre las dos plantas generación tras generación ha producido la emigración de unas docenas de genes de Tetrastigma a Rafflesia, genes que son expresados por Rafflesia.
Hace varios años unos investigadores notaron que había algo raro en los genes de Rafflesia, una similitud con los genes de la planta a la que parasitaba. Se especuló con que en el pasado se hubiera dado una transferencia horizontal de genes entre estos dos diferentes linajes.
Pero ha sido ahora cuando un equipo de la Universidad de Harvard ha secuenciado todos los genes activos de ambas plantas para determinar exactamente el alcance de esta transferencia genética. Al parecer 49 proteínas expresadas por la Rafflesia proceden de la liana. Es decir, que son genes funcionales que se expresan en proteínas que la Rafflesia usa para alguna función. Algunos de estos nuevos genes incluso han reemplazado genes originales de la Rafflesia con funciones similares.
Otros genes de Rafflesia, aunque propios, han evolucionado hacia una secuencia similar a los genes correspondientes de la liana.
Entre las funciones realizadas por los genes robados están, entre otros, ciertos aspectos en la respiración, metabolismo o translación mitocondrial. Se especula que esto mejora la supervivencia de la planta parásita y que quizás algunos genes ayuden a Rafflesia a pasar desapercibida en el interior de la liana y así sortear los mecanismos de defensa de ésta. Si esto es cierto formaría parte de una especie de camuflaje genético. No obstante, se necesitarán realizar más investigaciones para determinar la importancia de estos genes.
Lo más interesante es el ritmo al que se ha producido esta transferencia horizontal supera al que se da entre bacterias (el típico ejemplo sobre este fenómeno y único caso conocido hasta hace poco tiempo). Teniendo en cuenta que las relaciones de parasitismo son abundantes en la biosfera puede que al final la transferencia horizontal de genes sea algo mucho más común de lo que se creía.

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Fuentes y referencias:
Scientific American
Artículo original (en abierto). [2]
Foto: Blog de Meng Chwen. [3]