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Ensayan escudo inflable

La NASA realiza el tercer ensayo de una escudo térmico inflable que proteja futuras cápsulas en su reentrada en la atmósfera.

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Fuente: NASA, Sean Smith.

En la película de 1984 “2010: Odisea Dos” (“2010: The Year We Make Contact”) una nave espacial se dirige a Júpiter a toda velocidad. Si no se quiera pasar de largo y conseguir orbitar el planeta tiene que reducir su velocidad. Pero en el espacio la inercia opera por siempre, así que si uno quiere frenar tiene que usar los motores cohetes en sentido contrario y gastar con ello tanto combustible como el necesario para llegar ahí, pero en este caso la nave está diseñada para rozar con las altas capas de la atmósfera del planeta gaseoso y así frenar sin gastar combustible. Para protegerse del inmenso calor que desprenderá el evento (el equivalente a la pérdida que sufrirá en energía cinética) la nave despliega un escudo térmico inflable. No hace falta mencionar que tal escudo funciona muy bien y la película continúa por otros derroteros.
Esa escena quizás pueda hacer pensar a algunos en la ingenuidad de Arthur C. Clarke (la película está basada en una novela suya), pero la realidad es que se viene pensando en este tipo de idea desde hace bastante tiempo. Ahora ya hemos superado ese 2010 y no tenemos naves espaciales, ni de ese tipo ni casi de ningún otro, tampoco podemos viajar a Júpiter, ni siquiera a Marte o a la Luna. La tecnología espacial que tenemos no se parece a la que se representa en la película y el mundo se parece, más bien, al de 1984, pero en la versión de Orwell. Sin embargo, la NASA si que acaba de probar con éxito este tipo de escudo.
Hace unos días el IRVE-3, que es la versión más pesada de una serie cápsulas protegidas con escudos inflables, reentró en la atmósfera después de un vuelo suborbital. Fue lanzada a bordo de un pequeño cohete de tres etapas Black Brant desde Virginia y amerizó 20 minutos más tarde en el océano Atlántico, frente a las costas de carolina del Norte.
Antes de la reentrada el escudo es inflado con gas nitrógeno y adopta la forma de un champiñón cónico de tres metros de anchura que protege la carga. Está formado por varios anillos de alta tecnología recubiertos con capas hechas de materiales resistentes al calor.
En este caso, el IRVE-3 llevaba más del doble de la carga de pago habitual, pues en el escudo y la carga pesaban 308 Kg. Además, se cambió el centro de gravedad para mejorar la maniobrabilidad. La carga sobrevivió al vuelo hipersónico y a la reentrada sin ningún problema después de viajar 450 Km por encima de la atmósfera terrestre. Las cámaras a bordo filmaron el escudo durante la reentrada y se confirmó el buen despliegue del sistema. Además los instrumentos midieron la temperatura y presión durante el vuelo.
De momento no es producto terminado, sino un prototipo que demuestra que esta tecnología es válida y que puede ser escalada para futuras misiones. Además de en la Tierra para bajar cargas desde la Estación Espacial Internacional, este tipo de escudo podría usarse para misiones a Marte u otros planetas con atmósfera.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [2]