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Pobreza y obesidad infantil

La pobreza de las familias condiciona el asegurar una dieta sana a los niños.

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Según un estudio, el alto precio que adquieren las frutas y verduras en comparación con otros productos parece estar asociado a un alto índice de masa corporal (IMC) en niños pertenecientes a familias de bajo o medianos ingresos.
“Hay una pequeña, pero significativa, asociación entre el precio de la fruta y lo vegetales y un alto IMC en niños”, dice Taryn Morrissey.
Este investigador dice que los precios de estos productos suben y las familias compran cada vez menos de ellos y los sustituyen por otros que son menos sanos y que contienen más calorías.
El IMC es un indicador fiable de la cantidad de grasa corporal total y está relacionado con el riesgo de padecer ciertas enfermedades que pueden amenazar la vida. En 2009 y 2010 más de un 26% de los niños entre 2 y 5 años en EEUU tenían sobrepeso definido por un IMC superior a un percentil de 85, cuando una década antes era el 21%.
La investigación consiguió relacionar lo datos de un estudio a nivel nacional en los EEUU sobre niños de hasta 5 años de edad y el precio de la comida del lugar en donde vivían.
Mientras que el precio de la comida en general ha tendido a la baja en décadas recientes, y en particular los precios de bebidas refrescantes azucaradas o aperitivos han bajado, el precio real de las comidas en restaurantes y el precio de la fruta y los vegetales ha aumentado. Estos últimos aumentaron su precio en un 17% entre 1997 y 2003. Los niños que viven en áreas con altos precios de frutas y verduras tienen, en promedio, más IMC que sus congéneres de áreas en donde el precio de estos productos es inferior.
Otro hallazgo ha sido encontrar una asociación entre el alto precio de la comida y el aumento de la obesidad. Según Morrissey los locales de comida rápida puede que tengan más libertad a la hora de fijar sus precios que los supermercados en respuesta a la demanda de sus productos.
El estudio también identifica una relación entre el precio de los refrescos azucarados y la obesidad en niños.
Sin embargo, el estudio no encontró una relación fuerte entre los precios de la comida y la inseguridad a la hora de alimentarse, lo que significaría que la ausencia de dinero provocaría saltarse comidas o reducir las porciones, pero no es así.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [2]
Artículo original. [3]
Foto: NeoFronteras.