- NeoFronteras - http://neofronteras.com -

La navaja de Occam en SETI

Un estudio sugiere que la mejor manera de comunicarse con otra civilización avanzada es a través de microondas.

Foto
Representación gráfica del mensaje que se envió al espacio desde el radiotelescopio de Arecibo en 1974. De izquierda a derecha se representa un sistema aritmético (en gris) y unos átomos (en verde) que conforman la doble hélice del ADN (en azul) del ser humano (en rojo) que envió el mensaje desde el tercer planeta de un sistema solar (en amarillo) usando un radiotelescopio (en morado).

No sabemos si hay otras civilizaciones avanzadas en la galaxia. El programa SETI pretende recibir alguna señal de esas hipotéticas civilizaciones. Lo bueno de este programa es que, llegue al resultado que llegue, la respuesta a la pregunta de si estamos solos será igualmente fascinante.
Desde que Fermi llegara a enunciar su famosa paradoja, mucho se ha especulado al respecto. Se ha dicho que aunque haya civilizaciones avanzadas puede que no intenten comunicarse o puede que usen métodos que nosotros no somos capaces de imaginar o no podamos alcanzar tecnológicamente. También se ha dicho que toda civilización sensata preferirá pasar desapercibida.
David Messerschmitt (University of California, Berkeley) ha publicado un estudio en ArXiv sobre el asunto.
Pese a lo que podamos imaginar acerca de lo avanzada que pueda estar una civilización, sus emisiones estarán limitadas por las leyes de la Física y por el sentido común. La comunicación interestelar será indudablemente lenta y dependerá de la naturaleza del espacio y de los recursos que esa civilización tenga.
La cuestión siempre es cuál es el mejor método de comunicación interestelar. El que siempre se había propuesto es el de las ondas de radio. Al parecer, Messerschmitt es de la misma opinión, en concreto, la mejor comunicación sería en la gama de las microondas.
Si se emite en todas direcciones la intensidad decae según el inverso del cuadrado de la distancia por puras consideraciones geométricas. Es lo que sucede con la luz de las estrellas y la razón por la cual nos es muy difícil ver galaxias lejanas. Si se quiera llegar muy lejos en las emisiones entonces hay que usar mucha energía. Pero una civilización, por muy avanzada que esté, no va derrochar sus recursos energéticos en enviar mensajes con la potencia de una estrella. La energía siempre es un recursos escaso y aunque se tengan fuentes de energía mucho mejores que las nuestras los hipotéticos extraterrestres tendrán otras prioridades. Los humanos sólo hemos enviado un mensaje interestelar con el radiotelescopio de Arecibo. No ya por la energía necesaria para ello, sino porque ese recurso (el radiotelescopio) es escaso y se utiliza para otros propósitos. Una civilización que derroche sus recursos durará poco y no podrá transmitir mensajes. Es de esperar que toda civilización avanzada longeva sea sensata.
Por tanto, cualquier sistema de comunicación interestelar que se precie intentará usar la menor cantidad de energía posible.
Una manera de ahorrar energía es emitir con un haz estrecho direccional, pues, en ese caso, no se aplica la ley del inverso del cuadrado de la distancia. Se puede reducir también el tiempo que dure el mensaje.
Pero el medio interestelar no es un vacío perfecto y ciertas frecuencias son demasiado ruidosas o absorben desasiada señal. Así que hay que elegir una gama de frecuencias, una ventana, lo más apropiada posible. Esa ventana puede ser la gama de las microondas, pues el espacio es básicamente transparente a ellas.
Los ingenieros conocen muy bien la teoría de Shannon sobre la comunicación. Esta determina la cantidad de información que se puede transmitir por un canal ruidoso para determinada potencia. Lo mismo es aplicable también a este caso de la comunicación interestelar.
Messerschmitt propone, además, que lo ideal es mantener las cosas simples en una suerte de navaja de Occam para la comunicación interestelar. Según él es la mejor política para asegurar el éxito en este caso.
Según esta idea no es adecuado usar canales de emisión estrechos para enviar información, pues requieren más energía que una banda más ancha. Es más sensato ampliar la banda de emisión que consumir más energía.
Hay que señalar que toda la tecnología necesaria para esto está ya desarrollada por el ser humano, así que es una ventaja.
Como el ser humano lleva usando ondas de radio durante poco tiempo, lo más probable es que si establecemos contacto lo hagamos con una civilización más avanzada que nosotros.
Puede que hayan inventado nuevas formas de comunicarse, pero, si quieren tener mayor audiencia lo lógico es que usen ondas de radio, aunque tengan cosas mejores.
Messerschmitt da detalles sobre cómo debe ser técnicamente el diseño de la transmisión y sugiere el mismo tipo de solución para la comunicación con naves espaciales.
Si además los extraterrestres piensan de la misma manera que Messerschmitt, la comunicación con ellos es posible. Recordemos que para que haya comunicación no sólo tiene que haber un lenguaje común (la Física y las Matemáticas en este caso), sino que además tiene que darse un acuerdo de comunicación, un “te llamo a las ocho”. El único acuerdo posible a la hora de comunicarse, en ausencia de coordinación real, entre civilizaciones que nunca han contactado previamente es uno basado en la lógica, las matemáticas y las restricciones físicas que tanto el emisor como el posible receptor tienen.
Eso sí, la conversación será muy muy lenta, si es que alguna vez se da.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4358 [1]

Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]