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Vegetales y cloroplastos

Dos estudios indican que dos organismos que ya no realizan la fotosíntesis, además de no tener clorofila, carecen de ADN en los cloroplastos

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La evolución produce, sin duda, extraños resultados. Así por ejemplo, en las selvas de Borneo o Sumatra (en donde todavía queda selva) se puede ver una flor de casi un metro de ancha.
Es una flor de color rojo (ver foto de Wikimedia arriba) que huele carne podrida para así atraer a las moscas polinizadoras. La planta que la produce, la Rafflesia, es una planta parásita que vive a expensas de una liana. De hecho, la Rafflesia está en su mayor parte bajo tierra chupando de las raíces de la liana, la flor es casi el único órgano externo. Al ser totalmente parásita no necesita ni fotosíntesis ni hojas expuestas a la luz solar para realizarla.
Como todos sabemos, la fotosíntesis se realiza en los cloroplastos, un orgánulo celular en donde se almacena clorofila. Los cloroplastos poseen una bioquímica compleja particular e incluso tienen su propio ADN, recuerdo de un tiempo en el que eran bacterias libres fotosintéticas. Desde entonces los cloroplastos han delegado muchas de sus funciones bioquímicas a las células eucariota que les cobija, pero mantienen su propia personalidad para aquello que sólo ellos realizan: la fotosíntesis.
La Rafflesia tiene plastos, pero estos carecen de clorofila. Un estudio ha analizado los plastos de Rafflesia lagascae a nivel genético y no ha encontrado ADN alguno. Los cloroplastos de la Rafflesia han perdido todos los genes. Presumiblemente, una vez que la fotosíntesis ya no era necesaria, los cloroplastos fueron atrofiándose hasta perder su genoma. Tampoco se ha hallado en el genoma nuclear los genes que normalmente se usan para que los plastos funcionen. Fragmentos de esos genes sí se hallaron en las células de esta planta, pero al parecer pertenecen a la liana que parasitan.
Pero no es el único ejemplo ser al que le pase esto. Polytomella es un alga eucariota unicelular que vive en agua dulce. Se alimenta de las sustancias orgánicas que encuentra y no realiza fotosíntesis. Al igual que la Rafflesia, los plastos de Polytomella no tienen clorofila. Un análisis genético de cuatro especies Polytomella arroja que también carecen de ADN alguno. Tampoco se ha hallado en este caso en el genoma nuclear los genes de los plastos.
Los investigadores que han realizado estos dos estudios sugieren que, una vez los cloroplastos no realizan la fotosíntesis, los genes de los cloroplastos se desintegran gradualmente o se trasladan al genoma nuclear principal o al mitocondrial.
La cuestión es si todavía podemos denominar planta y alga a cada uno de estos seres. A veces las fronteras son más bien borrosas.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [2]
Artículo original. [3]