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Hallan un exoplaneta de tipo “terrestre”

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Concepción artística del exoplaneta más pequeño hallado hasta el momento y su enana roja (ESO).

Utilizando la técnica de microlentes gravitatorias los astrónomos han descubierto el planeta extrasolar más pequeño hasta el momento. Sería de tipo rocoso y con una masa de “sólo” unas 5 veces la masa terrestre.
Intentar ver planetas extrasolares con nuestra actual tecnología es prácticamente imposible, entre otras cosas porque son objetos muy débiles al lado de unas fuentes de luz muy brillantes (las estrellas alrededor de la cual orbitan). Por eso los astrónomos se valen de ciertos trucos o métodos de detección indirecta.
El primero método se basa en el efecto Doppler. Si un planeta es muy masivo la estrella orbitará alrededor del centro de masas del sistema, que generalmente se encontrará en el interior de la misma, con lo que la estrella oscilará un poquito. Esa oscilación se puede ver gracias al efecto Doppler que hace que las frecuencias de la luz se corran al rojo o al azul según la estrella se aleje o acerque a nosotros.
Lo malo de esta técnica es que sólo funciona para planetas masivos. Con esta técnica se han puesto de manifiesto extraños sistemas solares donde planetas muy masivos orbitan muy cerca de la estrella, con una configuración muy distinta a la de nuestro sistema solar. Aun así, hemos detectamos unos 160 planetas con este sistema, el primero hace ya 11 años.
La segunda técnica consiste en medidas de tránsitos de planetas sobre el disco de su estrella. Si tenemos exactamente una visión de lado del sistema el planeta al pasar por delante de la estrella oscurecerá un poco el brillo de ésta, cosa que podemos medir.
Con esta técnica se han detectados algunos exoplanetas, incluso utilizando telescopios muy pequeños (de tipo aficionado).
La tercera técnica consiste en observar sistemas muy lejanos para que el efecto de la microlente gravitatoria se pueda apreciar. Según la relatividad general cualquier cuerpo masivo curva el espacio a su alrededor, de tal modo que incluso el camino que sigue la luz es doblado por esta geometría.
Un planeta lejano al pasar por delante de una estrella (la suya o cualquier otra) trabaja entonces como una pequeña lente concentrando la luz de la estrella sobre nosotros. En este caso percibimos, y medimos, cómo la intensidad luz recibida se incrementa en lugar de disminuir (ver gráfico).
Este planeta, denominado OGLE-2005-BLG-390Lb, es el tercero que se descubre con esta técnica. El cálculo de su masa lo sitúa en unas 5,5 masas terrestres (realmente, considerando el error, su masa estaría comprendida entre 2,8 a 11 masas terrestres) lo que le convierte en el planeta más pequeño descubierto hasta la fecha. Esta masa hace suponer que es de tipo rocoso, al contrario de los planetas masivos hasta ahora descubiertos que son de tipo gaseosos como Júpiter. Algunos hacen llamar a estos planetas rocosos de tipo “terrestre”, al igual que Mercurio, Venus, Marte y la Tierra.
Este exoplaneta se encuentra en la constelación de Sagitario, hacia el centro de nuestra galaxia y a unos 28.000 años luz de distancia.
Orbita alrededor de su estrella a 390 millones de kilómetros (unas 2,6 unidades astronómicas), o lo que es lo mismo, a una distancia equivalente de 2,6 veces la distancia entre la Tierra y el sol (o entre Marte y Júpiter). Este dato y su masa le hacen ser el primer exoplaneta que encaja en un modelo de sistema solar con planetas como el del nuestro.
Como la estrella alrededor de la cual gira es una enana roja muy poco caliente la temperatura superficial del planeta debe de ser muy baja, concretamente se ha calculado que debe de estar en torno a unos 220 grados bajo cero, o lo que es lo mismo la temperatura a la que está Plutón. Asñi que la superficie rocosa probablemente se encuentre enterrada bajo una capa de mares congelados cubiertos por una tenue atmósfera.
Las posibilidades de vida allí son nulas, pero este descubrimiento alienta la esperanza de encontrar planetas como la Tierra allá afuera.

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Gráfico que representa los datos obtenidos por PLANET/RoboNet, OGLE y MOA del evento de microlente gravitatoria OGLE-2005-BLG-390 junto con un modelo de curva de luz. Se muestra la desviación sobre el fondo que duró alrededor de un día y que corresponde al planeta. Además se muestra el mejor modelo de ajuste para una sola microlente y dos fuentes de luz (línea discontinua) y sólo una (discontinua de trazo corto). Cada punto representa el brillo registrado, y los colores designan el telescopio utilizado (El danés de 1.54m del ESO en La Silla en Chile, El Perth de 0.6m en Bickley en Australia, El Canopus de 1.0m en Hobart en Australia, El Faulkes North de 2.0m en Haleakela en EEUU, El OGLE de 1.3m en Las Campanas en Chile y el MOA de 1.8m en Mt John Observatory en Nueva Zelanda).

Para este descubriendo se han utilizado diversos telescopios de un consorcio de 73 astrónomos de 12 países diferentes y diversos observatorios a lo largo de todo el mundo. Los astrónomos que han descubierto este planeta llegaron a la conclusión de que la mejor manera de contrastar datos y conseguir medidas más precisas era colaborar con los competidores.
De los más de mil eventos de microlente gravitatoria (OGLE en inglés) detectados hasta ahora por este proyecto, este evento correspondió al registrado el 9 de agosto pasado. Es de suponer que el análisis de estos efectos rinda más exoplanetas en el futuro. Se cree que este tipo de planetas al final podrían ser más comunes que los de tipo Júpiter descubiertos hasta la fecha.
Se necesitarían más telescopios y tiempo de observación para aumentar los descubrimientos con esta novedosa técnica, pues es la única que de momento permite descubrir planetas de tipo “terrestre”. Puede que en el futuro incluso quizás detectemos planetas de tipo “habitable” con las características de masa y temperaturas adecuadas para albergar vida.

Referencias:

Mayor M.& Queloz D. . Nature, 378. 355 – 359 (1995).
Beaulieu J.P., et al. Nature, 439. 437 – 440 (2006).