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Modelo sobre islas flotantes

Crean modelo para tratar de predecir la trayectoria de islas flotantes de piedra pómez creadas por erupciones volcánicas submarinas.

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Todos recordamos cómo en 2010 la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull afectó al tráfico aéreo en Europa. La realidad es que hubo suerte, porque al final la erupción cesó y las cosas volvieron a la normalidad. El registro geológico muestra que en la historia de la Tierra hubo casos en los que las erupciones se prolongaron durante mucho tiempo y que, como en el caso del Toba, redujeron la población humana.

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Pues bien, en 2012 hubo una erupción submarina que alteró la navegación de los barcos en el Pacífico Sur. Esta erupción, que se dio entre Nueva Zelanda y Tonga, arrojó un kilómetro cúbico de lava que en parte se transformó en grandes cantidades de piedra pómez flotante. La pomita es una roca consistente en un vidrio expandido por burbujas de gas. Su densidad es tan baja que flota en la superficie el agua. En este caso formó una isla flotante a la deriva del tamaño de Sicilia.
Estas rocas afectan a los barcos porque pueden erosionar los cascos, dañar la hélice con la que se propulsan, taponar las tomas de agua o romper sus bombas o los sistemas de refrigeración de los motores. El peor escenario es cuando una de estas islas flotantes bloquea un puerto marítimo y los barcos no pueden ni entrar ni salir de él.

Otro efecto es el ecológico, pues esa capa de piedra pómez bloquea la luz del sol y afecta al crecimiento del fitoplancton que hay debajo y, por tanto, a toda la cadena trófica que depende de él. Además, estas piedras flotantes pueden ser el tipo de vehículo que usen especies invasoras para pasar de un ecosistema a otro.
Las islas flotantes de pomita son poco conocidas, pero hay registró históricos de la antigua Roma y Grecia que las describen. Pueden tener unas pocas decenas de centímetros de grosor, pero miles de kilómetros de anchura.
La evolución de esta isla flotante ha sido descrita recientemente en un artículo reciente en Nature Comunication gracias a las imágenes proporcionadas por satélites. La idea del estudio es conseguir predecir mejor la evolución de este tipo de fenómenos cuando se vuelva a dar para que así sea evitado por las rutas marítimas. El área afectada en este caso fue dos veces el área de Nueva Zelanda.
En el estudio se muestra cómo esta isla flotante fue fragmentándose en cintas de roca que cubrieron un área cada vez mayor. La simulación computacional creada permitirá predecir la evolución y dispersión de futuras islas flotantes de piedra pómez.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Fotos: Jeff Butterworth, Nature Communications.