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Encuentran correlación entre viento solar y tormentas

Consiguen demostrar que hay una relación entre la actividad de tormentas eléctricas sobre la Tierra y el viento solar intenso. EL resultado podría servir para mejorar los pronósticos.

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Uno puede pensar que las partículas de viento solar que se cuelan en la atmósfera terrestre deben de ionizar el aire y así crear una camino más fácil para la descarga de rayos durante las tormentas, pero no es fácil demostrarlo, ni obvio debido a la baja energía relativa de dichas partículas. Pues bien, esto es precisamente lo que se ha podido ahora demostrar estadísticamente. El efecto se suma al provocado por los rayos cósmicos y que es básicamente muy parecido.
Durante las tormentas las corrientes de aire separan las cargas eléctricas de distinto signo. La chispa no salta porque el aire es un buen aislante eléctrico, pero en algún momento se forma un corredor de moléculas ionizadas que actúan como un conductor y que permite que pase la corriente eléctrica de una región cargada a otra descargándose un relámpago. Sin embargo no se saben los detalles de cómo se inicia la formación de dicho corredor.
Ahora, unos investigadores de University of Reading han conseguido encontrar una relación entre la actividad de tormentas eléctricas sobre la Tierra y el viento solar. Han podido medir un aumento sustancial de relámpagos y rayos en una región circular en Inglaterra hasta 40 días después de la llegada de viento solar de alta energía. La mayor actividad de los rayos puede ser tanto en intensidad de los mismos como en su número.
El mecanismos exacto de cómo sucede esto se desconoce, pero los investigadores proponen que las propiedades eléctricas del aire deben de cambiar de alguna manera cuando las partículas cargadas de viento solar llegan a la atmósfera.
Ya se sabía que los rayos cósmicos tienen un efecto de este tipo sobre la Tierra, pero los rayos cósmicos tienen mucha mayor energía que las partículas del viento solar, por lo que en este último caso no se estaba seguro de que fuera posible.
El estudio está basado en los datos sobre tormentas tomados entre 2000 y 2005, datos que se compararon con los recolectados por la misión ACE de la NASA que es una sonda situada entre la Tierra y el Sol que mide, entre otras cosas, el viento solar.

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Después de la llegada de viento solar intenso se registraba un promedio de 422 rayos en los 40 días siguientes, en comparación con los 321 en promedio que se producían antes de la llegada de ese viento solar. El pico de producción de rayos se producía entre los 12 y 18 días después de la llegada de dicho viento solar.
La actividad solar hace variar el flujo e intensidad del viento solar. En general, la magnetosfera terrestre desvía la mayor parte de las partículas que lo componen (principalmente protones y electrones). Algunas de esas partículas alcanzan las regiones polares produciendo las auroras. Cuando la actividad solar es más intensa se producen un mayor número de manchas solares (son zonas de intenso campo magnético muy activas) y se produce un mayor flujo y velocidad de las partículas del viento solar. Según el Sol rota (con un periodo de 27 días) este flujo puede afectar en mayor o menos medida a la Tierra. En el caso de viento solar intenso es más probable que las partículas que lo constituyen entren en la atmósfera y no sean detenidas por la magnetosfera o lleguen más profundamente.
Una de las aplicaciones prácticas de este estudio es que podría mejorar las predicciones meteorológicas, ya que los vientos solares intensos dependen de la rotación solar y esto se puede prever con bastante tiempo de anticipación.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: “Clouds on Steroids” por …-Wink-… (vía Flickr).