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La destrucción amazónica ha sido subestimada

Dos estudios independientes apuntan a la gran amenaza que suponen los incendios forestales para la conservación de la selva de la cuenca del Amazonas en Brasil.

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Selva destruida por la actividad humana en Brasil. Fuente: NASA, Lou Gold.

Pese a lo que queremos ver o a lo que el gobierno brasileño vende, la realidad es que la selva amazónica está en retroceso y gravemente amenazada. Así parecen indicarlo informes recientes.

En el primero de ellos, realizado por un equipo internacional de 11 universidades diferentes, sostiene que el impacto humano sobre la selva amazónica brasileña se ha subestimado groseramente.
Según este estudio, la tala y los incendios producen unas pérdidas de 54.000 millones de toneladas de carbono que terminan aumentando el efecto invernadero.
Este estudio es el mayor realizado hasta la fecha sobre el asunto y está basado en 70.000 muestras de árboles y suelos en 225 lugares de la Amazonía brasileña.
La degradación comienza cuando se buscan árboles de madera de alta calidad, que, aunque se realice selectivamente, termina dañando a los árboles adyacentes. Una vez se ha dañado de este modo la selva, el dosel vegetal presenta claros que hacen las condiciones más secas y aumentan la exposición al sol y al viento, aumentando con ello el riesgo de que los incendios se propaguen más fácilmente. Al final el bosque primario es destruido y queda una cubierta vegetal de matojos y árboles pequeños que almacena sólo un 40% del carbono que el bosque primario que lo precedió.
De este modo, aunque estas zonas parezcan verdes no cumplen con las mismas funciones que cumplía el bosque primario.
Este factor es importante a tener en cuenta a la hora de diseñar políticas de protección y de mitigación del cambio climático. No se trata solamente de reducir las emisiones debido a la tala indiscriminada, sino además de las procedentes de la degradación del bosque.
El problema es que la degradación de la selva ha sido ignorada por políticos e incluso por algunos ecólogos porque estaban más centrados en la deforestación. Sin embargo, estas alteraciones pueden dañar severamente la selva y la consecuencia es la transferencia de carbono de las plantas a la atmósfera.
Los autores hacen un llamamiento al gobierno brasileño para que implemente políticas más efectivas que reduzcan el uso del fuego en agricultura. Fuego que no solamente degrada la tierra de cultivo, sino que además puede escapar a la selva colindante y causar una gran degradación.

El segundo estudio, realizado por otro grupo y publicado en otra revista, viene a decir lo mismo: el problema del fuego. Aunque la selva suele ser húmeda y esto no favorece los incendios, en épocas secas sí se pueden extender, sobre todo debido a que ya no es necesario un rayo u otro fenómeno natural para iniciar un incendio, pues los agricultores y ganaderos que viven cerca suelen provocar intencionadamente fuegos para favorecer pastos o clarear zonas para plantaciones.
Al final estos fuegos se extienden en años particularmente secos debido a alguna sequía y arrasan miles de árboles.
Entre 2004 y 2010 los investigadores tomaron tres zonas que fueron respectivamente quemadas todos los años, cada tres años o nunca. Obviamente hubo una gran mortalidad de árboles en las zonas quemadas, pero durante la sequía de 2007 que afectó a la región murieron el cuádruple de árboles y la zonas de estudios fueron más susceptibles al fuego debido a la baja humedad por estar expuestas a aire más seco y húmedo.
Al igual que el otro estudio, estos investigadores piden al gobierno brasileño que administre mejor la selva y que trate de evitar los incendios. En la actualidad del gobierno brasileño no hace nada por evitar estos incendios forestales y no gasta nada en su extinción. No hay brigadas contraincendios ni nada similar.
Los modelos de cambio climático predicen que la selva del Amazonas se volverá más cálida y seca con el tiempo, por lo que será más sensible a los incendios forestales, que se extenderán más fácilmente y destruirán aún más selva.

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Fuentes y referencias:
Rika Berenguer, Joice Ferreira, Toby Alan Gardner, Luiz Eduardo Oliveira Cruz Aragão, Plínio Barbosa de Camargo, Carlos Eduardo Cerri, Mariana Durigan, Raimundo Cosme de Oliveira Junior, Ima Célia Guimarães Vieira, Jos Barlow. A Large-Scale Field Assessment of Carbon Stocks in Human-Modified Tropical Forests. Global Change Biology, 2014 (en prensa) DOI: 10.1111/gcb.12627
Artículo original. [2]