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Mapas de acidez oceánica

Un estudio consigue levantar los mejores mapas hasta fecha sobre acidez marina y concentración de carbonato cálcico.

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Un amplio estudio, posiblemente el mejor hasta la fecha, sobre el nivel de acidez de los océanos ha permitido recrear mapas sobre los niveles de acidez en los océanos y sobre la concentración de carbonato cálcico que permiten señalar, sin género de dudas, al ser humano y sus emisiones como culpables.
El estudio ha levantado mapas de acidez (ilustración de arriba) que dan cuenta de la distribución del fenómeno y su evolución temporal mes a mes. La acidez oceánica sube y baja en cada localización dependiendo de las estación del año.
El estudio también ha permitido levantar mapas similares sobre los niveles de saturación de minerales de carbonato cálcico usados por organismos marinos.
Como todos sabemos, los corales, moluscos y otros seres que usan este tipo de minerales para formar sus exoequeletos o conchas, pero tienen dificultades para sobrevivir según la acidez oceánica aumenta al disolverse el dióxido de carbono de nuestras emisiones en los mares.
En los últimos dos siglos los océanos han absorbido un cuarto del dióxido de carbono emitido por el ser humano. El pH ha pasado de 8,2 a 8,1, lo que equivale a un 30% de aumento de acidez (la escala pH es logarítmica).
Entre los resultados de este estudio está que las zonas tropicales, que es en donde viven la mayoría de los corales, el pH varía entre 8,05 y 8,15 dependiendo de las temperaturas de las estaciones. En verano las aguas están saturadas de aragonito (mineral de carbonato cálcico usado por algunos organismos).
El mar de Bering (entre Siberia y Alaska) es la región más ácida de los mares terrestres y fluctúa muchos según la estación del año, con la peor situación en invierno. En primavera y verano el plancton se multiplica y absorbe mucho dióxido de carbono, pero en invierno el flujo de aguas profundas ricas en este gas hace que se vuelva más ácido. Esto provoca que los niveles de aragonito del Ártico caigan en invierno, lo que dificulta la propagación de los pterópodos (pequeños caracoles marinos) de los que se alimentan muchos peces.

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El estado de saturación del aragonito tiende a caer en aguas más ácidas. El Pacífico Sur está muy saturado respecto a los demás, mientras que las regiones polares están menos saturadas. Fuente: Takahashi.

Otro resultado interesante es que el Océano Índico es un 10% más ácido que el Atlántico o el Pacífico debido a su especial geografía, pues está fuera de los aportes del Ártico y sufre las contribuciones de los ríos de Eurasia y los monzones.
Las aguas tan al norte como las de Islandia o tan al sur como las de la Antártida sufren un ritmo de acidificación del 5% por década, lo que se correlaciona con las emisiones de dióxido de carbono de origen antropogénico.
Según los autores del estudio, a este paso las aguas cálidas en donde habitan los corales se habrán acidificado otro 25% más para 2050, lo que supondrá un desafío muy grande para estos animales.
Los efectos de la acidificación ya se notan sobre fauna marina en algunos lugares. Un estudio reciente de la Naciones Unidas y otro de Congreso de EEUU estiman que para 2100 el coste de este fenómeno será de 3 billones de dólares anuales por su impacto sobre la pesca, el turismo y sobre los servicios intangibles de los ecosistemas.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]