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Auto-reconocimiento en el espejo de monos

Consiguen entrenar a unos macacos para que sean capaces de reconocer como suya su imagen reflejada por un espejo.

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No podemos meternos en la mente de otro ser para saber exactamente lo que piensa o lo que siente. Si se trata de un ser humano, eso sí, podemos intentar preguntarle. Pero en el caso de los animales tenemos que desarrollar métodos experimentales más o menos ingeniosos dependiendo de lo que queramos estudiar.
Una pregunta legítima que nos podemos hacer es si algunos animales son conscientes de sí mismos. La tradición religiosa occidental que coloca a los humanos como la cumbre la creación y por encima de los derechos de todos los demás seres vivos nos dice que no. Sin embargo, se han ido acumulando pruebas de que algunos animales sí parecen ser conscientes de sí mismos. Este hecho arrojaría luz sobre las bases neurológicas de al auto-consciencia en humanos.
Un test típico que se usa en este caso es el del espejo. La mayoría de los animales, al ver su reflejo, actúan como si vieran a otro animal. Algunas veces incluso reaccionan agresivamente. Sin embargo, los humanos y los simios como el orangután, el gorila o el chimpancé sí se reconocen en un espejo. También los delfines, elefantes e incluso algunas urracas parecen reconocerse en el espejo. Pero los monos como el macaco no se reconocían en el espejo pese a la multitud de experimentos realizados.
Se cree que esta habilidad de reconocerse en el espejo es la base de la empatía. En el caso de los simios, se ha llegado a afirman que este reconocimiento en el espejo es el comienzo de una auto-consciencia y de la capacidad de imaginar el estado mental y las perspectivas de los demás.
Aunque, obviamente, siempre quedará la duda de si el reconocimiento en el espejo por parte de los animales es necesariamente un signo real de auto-reconocimiento del yo.
Ahora se ha publicado un artículo en el que se sostiene que los macacos sí pueden reconocerse en un espejo si aprenden a hacerlo. Una vez aprendida esta posibilidad los monos del estudio continuaban usando espejos de manera rutinaria para explorar partes de sus cuerpos que no podían ver sin ellos.
Según Neng Gong (Academia China de Ciencias) este hallazgo sugiere que el cerebro de los monos posee el “hardware” para el auto-reconocimiento en el espejo, pero que necesita un entrenamiento apropiado para adquirir el “software” que le permita alcanzar el auto-reconocimiento.
En los experimentos del pasado se usaron espejos de distintos tamaños para ver si los chimpancés y monos podían reconocerse en ellos. En el primer caso los chimpancés se acostumbraban en un par de días a su imagen (en la primera exposición atribuían la imagen del espejo a otro chimpancé) y exploraban el interior de sus bocas o hacían muecas delante del espejo. En uno caso al cabo de un tiempo se los anestesiaba y se manchaba su cara con un pigmento sin olor. Cuando los chimpancés se veían en el espejo llevaban sus dedos a la mancha y olían para intentar saber qué era.
Pero en el caso de los macacos, pese a que aprendieron a usar los espejos para ver otros objetos, nunca se informó de que los usaran para verse a sí mismos. Además, cuando los investigadores marcaban la cara de los mismos, los monos no trataban de quitarlo o estudiarlo cuando se veían en un espejo. Al parecer la figura que veían era atribuida a otro mono.
En este nuevo estudio sentaron a los macacos enfrente de un espejo e iluminaron la cara de los mismos con la luz de un láser. Esta luz era ligeramente irritante para ellos. Al tocarse la parte de la cara en donde caía la luz láser eran recompensados con comida. Al cabo de dos a cinco semanas de entrenamiento los monos aprendieron a tocarse la cara en donde iluminaba el láser y que veían en el espejo. Después de esto lograban pasar los test de auto-reconocimiento en el espejo.
Cinco de los siente monos mostraron después los comportamiento típicos inducidos por la presencia de espejos, como tocarse algo que se veían en la cara y luego olerse los dedos para deducir de qué se trataba. Además usaron espejos en modos que no habían sido inducidos a usar por parte de los investigadores, como cuando empleaban espejos para inspeccionarse otras zonas del cuerpo.
El hallazgo puede ser de utilidad para personas que no son capaces de reconocerse en el espejo debido a algún problema neurológico. Quizás puedan aprenden a hacerlo con el adecuado entrenamiento.
Sin embargo, otros investigadores critican este estudio y sostienen que los monos simplemente repiten lo que han sido forzados a hacer durante los entrenamientos.

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Fuentes y referencias:
Artículo original [2]
Foto: Neng Gong y colaboradores /Current Biology