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Núcleos evaporados habitables

Minineptunos en torno a enanas rojas podrían perder la envoltura gaseosa de gases ligeros para dar paso a supertierras con una atmósfera y océanos como la Tierra.

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La caza de exoplanetas, de los cuales ya contamos con más de mil confirmados, ha revelado la gran variedad de planetas que hay. La mayoría de ellos son más grandes que la Tierra, pero más pequeños que Neptuno, pero en nuestro Sistema Solar no contamos con ningún ejemplo de estos planetas.
La realidad es que no sabemos su naturaleza ni cuándo una supertierra pasa a ser una minineptuno. Creemos, eso sí, que la vida tal y como la conocemos no puede surgir en un planeta gaseoso como Neptuno.
También sabemos que las enanas rojas son las estrellas más abundantes, que muchas de ellas tienen planetas y que tiene infancias muy activas y turbulentas que pueden esterilizar cualquier intento de aparición de vida en un planeta a su alrededor. Así que, puede que planetas en la zona de habitabilidad de estas estrellas no solo carezcan de vida, sino además de atmósfera y agua.
Ahora, un estudio teórico realizado por astrofísicos de University of Washington apunta a que los minineptunos gaseosos en torno a enanas rojas podrían perder la envoltura gaseosa de gases ligeros para dar paso a supertierras con una atmósfera y océanos como la Tierra. Esto aumentaría las posibilidades de que hubiera vida en otros lugares de nuestra galaxia.
Un minineptuno tendría una parte central rocosa, pero estaría rodeado por una densa atmósfera de hidrógeno y helio, además de una posible capa de agua. Una atmósfera tan masiva hace que las condiciones de presión y temperatura sobre la superficie rocosa sean incompatibles con la vida.
Una supertierra es mayor que la Tierra y tendría una atmósfera ligera y agua en su superficie compatibles con la vida si está situada en la zona de habitabilidad de la estrella.
La zona de habitabilidad de las enanas rojas está muy próxima a las mismas debido a la escasa cantidad de luz que emiten. Además, esa zona de habitabilidad es muy estrecha. Pero a esa distancia las fuerzas de marea son muy intensas, lo que puede hacer que el planeta enfrente siempre una misma cara a su estrella y que su órbita emigre hacia el interior. Encima, estas fuerzas harían que se calentase el interior del planeta como Io se calienta por efecto de las fuerzas de marea ejercidas por Júpiter. Este calentamiento podría ser excesivo, incluso podría provocar un efecto invernadero desbocado.
Otro problema es la inestable actividad estelar que este tipo de estrellas exhibe en su infancia, con numerosas tormentas solares que irradiarían mucha cantidad de rayos ultravioleta y rayos-X a todo su entorno. Esta radiación erosionaría la atmósfera de un planeta de tipo terrestre en unos pocos cientos de millones de años después de su formación.
Bajo estas condiciones las posibilidades de aparición de vida sobre un planeta de tipo rocoso alrededor de una enana roja son muy escasas.
Sin embargo, la solución a encontrar habitabilidad alrededor de estas estrellas está en empezar con un minineptuno que se ve sometido a todos esos procesos, procesos que le hacen perder gran parte de su atmósfera hasta que se convierte en supertierra.
Al menos es esto lo que predicen los modelos computacionales de este grupo de investigadores.
Los minineptunos se forman lejos de la estrella en donde el hielo se junta con el hidrógeno y helio para formar un planeta gaseoso de atmósfera muy densa con un núcleo rocoso. Las fuerzas de marea hacen que emigre hacia el interior en donde la radiación de la estrella evapora gran parte de su atmósfera. Al final puede obtenerse una atmósfera libre de hidrógeno y queda lo que los autores del estudio denominan “núcleos evaporados habitables”.
Estos núcleos evaporados habitables conservarían cantidades abundantes de agua sobre su superficie por ser el planeta original rico en hielo. A la distancia adecuada, estos mundos podrían cobijar vida, pero para ello sería necesario que se dieran además otras condiciones como una atmósfera adecuada para que haya ciclos de nutrientes a nivel global.
Si el hidrógeno y el helio se pierden demasiado lentamente puede ocurrir que finalmente no se obtenga una supertierra habitable. Si lo hace demasiado deprisa, un efecto invernadero descontrolado puede también dar al traste con la habitabilidad. Así que el proceso de minineptuno a supertierra debe de darse de manera adecuada, pero si se da entonces aumentan las posibilidades de aparición de vida en esos mundos.
El problema de este tipo de estudios es su alta proliferación debido a la falta de resultados experimentales que los restrinjan y delimiten. No tenemos imágenes de ningún planeta en la zona de habitabilidad y, ni mucho menos, espectros de sus atmósferas. Las agencias espaciales no han proporcionado dinero para misiones que lo permitan, pese a que la tecnología ya lo haría posible. Que la respuesta a pregunta de si estamos solos en el Universo no la podamos obtener porque no queremos financiar su resolución es algo absolutamente inexplicable, más si se tiene en cuenta la financiación inútil en otros campos.

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Fuentes y referencias:
Artículo original [2]
Ilustración: Rodrigo Luger / NASA