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Confirman la regla de Cope

Comprueban que el tamaño de los animales tiende a aumentar evolutivamente en el tiempo.

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¿Puede predecirse la evolución biológica? Según Stephen Jay Gould, si rebobináramos la película de la evolución y la proyectáramos de nuevo la historia evolutiva sería distinta.
Sin embargo, también se pueden observar que ciertos rasgos han aparecido de manera independiente. Puede que haya ciertas reglas que nos permitan predecir algo, aunque sea toscamente.
Ahora un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford afirma que una característica que sí es predecible es el tamaño de los animales, que tiende a aumentar en el tiempo, en lo que se llama regla de Cope. Esta regla establece que los linajes de los animales tienden a evolucionar hacia mayores tamaños corporales en el tiempo. Esta regla se estableció en el siglo XIX por el paleontólogo Edward Cope, que se dio cuenta de que el tamaño de algunos animales, como el caballo, aumentó según evolucionaban.
Para poder llegar a esta conclusión estos investigadores han realizado un estudio muy amplio en el que han considerado el tamaño corporal a lo largo del tiempo de muchos animales.
Se sabe que los organismos más grandes de la actualidad son mayores que los animales que aparecieron al principio. Pero no estaba claro que el tamaño promedio de los animales haya estado cambiando y aumentando a lo largo del tiempo, lo que daría una direccionalidad o tendencia a la evolución en este aspecto del tamaño corporal. Esto es algo que además no se puede determinar a partir de los organismos que están vivos en la actualidad.
Para poder decir algo al respecto hay que fijarse en el registro fósiles a lo largo de los últimos 542 millones de años, tiempo que abarca desde la explosión del Cámbrico hasta ahora. A lo largo de este periodo el tamaño de los animales se ha multiplicado por 150.
Este aumento de tamaño no se debe a que todos los linajes animales adquieran mayores tamaños corporales, sino a la diversificación de grupos de organismos que ya eran más grandes que otros grupos en la historia temprana de la evolución animal. Por razones que no se saben aún las clases con cuerpos más grandes aparecen como las que a lo largo del tiempo terminan siendo más diversas. Esto es algo que no se sabía antes de este estudio.
Hasta ahora la confirmación de la regla de Cope ha sido complicada, pues los corales o los dinosaurios parecen obedecerla y las aves o insectos no, por ejemplo. Por tanto, quizás lo observado en los mamíferos terrestres no sea una regla general y solo fuera fruto de lo contingente, de una deriva neutra.
En este estudio se recopilo una base de datos sobre el tamaño corporal en 17.000 grupos o géneros de animales marinos de los últimos 540 millones de años que comprendían cinco filos: artrópodos, braquiópodos, cordados, equinodermos y moluscos. Esto cubría el 75% de todos los géneros marinos de animales y cerca del 60% de todos los géneros animales que hayan vivido alguna vez y hayan dejado rastros en el registro fósil.
Tras el análisis apareció un patrón claro: no todos las clases-grupos de especies emparentadas y géneros de animales tenían una tendencia hacia tamaños corporales mayores. Pero aquellos que eran grandes tendían a ser más diversos en el tiempo. Esto sería una consecuencia de la ventaja adaptativa que conferiría una mayor tamaño, como la habilidad de correr más rápido, remover mejor los sedimentos, capturar más fácilmente las presas, etc. Así que se trata de un asunto de supervivencia y diversificación de seres grandes en relación a los seres más pequeños.
Para saber aún más sobre el tema introdujeron estos datos en un modelo computacional. El modelo simuló cómo los tamaños corporales podían cambiar según evolucionaban nuevas especies. Según avanzaba el tiempo virtual cada especie tenía una probabilidad de generar nuevas especies, permanecer igual o extinguirse.
Cuando se creaba una nueva especie virtual el modelo asignaba un tamaño que podía ser mayor o menor al de sus antepasados. Se realizaron muchas simulaciones efectuadas bajo distintas premisas. En unas el tamaño fluctuaba sin afectar la supervivencia (deriva neutra), en otros había una selección natural según el tamaño al conferir este ventajas adaptativas de supervivencia.
Hallaron que las simulaciones de deriva neutra no podían explicar los tamaños corporales observados en el registro fósil. Se necesitaba un proceso evolutivo activo que forzaba la generación de tamaños cada vez más grandes.
La base de datos recopilada también puede servir para otros estudios en el futuro, como para saber si el tamaño corporal depende de la latitud a la que viva el animal, pues se ha podido ver que los animales cercanos al ecuador son, en promedio, más grandes, que los que viven cerca de los polos.
Este estudio apunta, además, a que quizás haya otras tendencias generales en evolución que estén por descubrir.

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Fuentes y referencias:
Artículo original [2]
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