Consiguen alterar la ruta fermentativa natural que produce butanol para que produzca propano.
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Pese a que se están realizando notables avances en baterías eléctricas, algunas actividades que los seres humanos realizamos con maquinaria pesada no parece que se puedan sustituir por sistemas eléctricos a medio plazo.
La realidad es que un litro de gasolina pesa poco y almacena una gran cantidad de energía. Algo que ni la mejor batería concebible puede superar.
Una posible vía que se ha explorado es el uso de biocombustibles. Al proceder de plantas, el balance neto de dióxido de carbono en el uso de estos biocombustibles es neutro. El prefijo “bio” además parecía tener connotaciones positivas, pero la realidad es que la producción de biodiesel está destruyendo la selva de Borneo y el bioetanol procedente de la caña de azúcar hace lo mismo respecto a Brasil. Por otro lado, el bioetanol procedente del maíz distorsiona el mercado de alimentos. Quizás estas vías no sean las adecuadas.
Por otro lado, se pueden usar desperdicios agrícolas para fabricar biocombustibles, algo que no tiene las anteriores pegas. El problema es el de la rentabilidad a la hora de extraer el biocombustible. Si se trata de etanol hay que destilar la mezcla de alcohol etílico y agua que resulta tras la fermentación y esto consume gran parte de la energía que se produce en el proceso, por lo que el rendimiento es muy bajo. Por esta razón se han buscando otros biocombustibles más adecuados.
Un posible biocombustible es el propano, pero la Naturaleza no ha creado por evolución microorganismos que lo produzcan. A las ventajas per se de este combustible para su uso humano se añade que, al ser gas, puede burbujear directamente de la mezcla fermentativa sin necesidad de destilación alguna.
Ahora, investigadores de las Universidades de Manchester, de Turuk y del Imperial College han descubierto un camino sintético para la generación de propano por fermentación que puede ser adoptado por microorganismos. El descubrimiento es un paso más hacia la producción de propano comercial mediante biosíntesis.
El equipo de investigadores dirigido por Nigel Scrutton y Dr Patrik Jones ha conseguido modificar la vía fermentativa del butanol, que sí existe en la Naturaleza, para que produzca propano en su lugar.
El propano, cuya molécula consta de 3 átomos de carbono y 8 de hidrógeno, tiene buenas propiedades físico-químicas que permiten almacenarlo y transportalo en forma de gas liquido comprimido. Ya hay infraestructuras para el transporte y almacenamiento de este gas en la actualidad, aunque ahora procede del petróleo. Bajo condiciones ambientales normales este gas arde de manera limpia y se usa en una amplia gama de funciones, desde calderas de calefacción a combustible para motores de explosión interna. Así que es un buen candidato para su producción mediante procesos de biosíntesis.
Que finalmente este sistema de producción de biopropano sea poco costoso, limpio o ecológico está por ver si finalmente se logra.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4643 [1]
Fuentes y referencias:
Artículo original [2]
Foto: «Propane tank 20lb» por Hustvedt, licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.