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Súbita pérdida de hielo en la península antártica

Desde hace sólo cinco años los glaciares del sur de la península antártica pierden 60 kilómetros cúbicos de hielo al año por culpa del cambio climático.

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Uno de los “argumentos” de los negacionistas climáticos era señalar la supuesta escasa fusión de hielo en la Antártida para decir que el calentamiento global no existe. Pero la Antártida se derrite, al igual que el Ártico y casi todos los glaciares. Unas zonas, eso sí, parecen más estables que otras.
Casi todo el cambio en la fusión de hielos antárticos se producía en la capa de hielo antártica occidental, que es la más estudiada. Los últimos estudios señalan que esta capa de hielo ha estado acelerando su fusión de tal modo que ya se ha doblado en los últimos 6 años. [1] Esto es algo que ya es alarmante por sí solo.
Ahora, un equipo de investigadores de University of Bristol ha podido comprobar que el sur de la península antártica, una zona que hasta el momento se creía estable, se está derritiendo. No pasada nada y todo el cambio se ha producido en sólo 5 años. Para poder llegar a esta conclusión se han valido de datos de grosor de la capa de hielo realizadas desde satélite.
La pérdida de hielo parece súbita. Hasta 2009 no se observaron signos de pérdidas significativas de hielo. En la zona hay glaciares que miden hasta 750 km de longitud. Pero desde entonces estos glaciares empezaron a volcar hielo al océano a un ritmo de 60 kilómetros cúbicos (unos 55 billones de litros de agua) al año. Este ritmo de aporte no parece que esté disminuyendo.
Este dato hace de esta región la segunda mayor contribuidora al aumento del nivel del mar. Los glaciares en general contribuyen con 300 km cúbicos de agua al año a la subida del nivel del mar.
Estos cambios en el sur de la península antártica fueron observados por el satélite CryoSat-2. Desde una altura orbital de 700 km, este satélite usa el radar para penetrar en la capa de hielo y poder distinguir entre este material helado y la roca. Es capaz de calcular la cantidad de hielo con gran precisión.
A partir de los datos de este satélite tomados a lo largo de 5 años se ha podido determinar que algunos glaciares reducen su grosor en 4 metros anuales.
La pérdida de hielo en la región es tan grande que ya ha producido pequeños cambios en el campo gravitatorio terrestre que han podido ser medidos por la misión GRACE.
“El hecho de que tanto glaciares en semejante gran área de repente empiecen a perder hielo ha sido una sorpresa para nosotros”, dice Bert Wouters. “Nos muestra una respuesta muy rápida de la capa de hielo: en unos pocos años el régimen dinámico ha cambiado completamente”, añade.
Los datos de modelo climático antártico muestran que este cambio tan brusco no puede ser explicado por cambios en el patrón de nevadas o de temperatura del aire. En su lugar, este equipo de investigadores señala que la causa parece ser el calentamiento del propio océano.
La capa de hielo flotante delante de tierra firme protege normalmente los glaciares, pero los vientos que normalmente rodean el continente se están haciendo más fuertes en las últimas décadas debido al calentamiento global y a la reducción de la capa de ozono. Estos vientos más fuertes empujan aguas más cálidas del norte hacia el sur y esta agua funde el hielo flotante. Sin estos hielos flotantes que hacen de barrera los glaciares corren más rápido y descargan más hielo al mar.
Este fenómeno es algo sobre lo que los expertos ya habían advertido en el pasado reiteradamente.
El caso es que la capa de hielo de la región ha perdido casi un quinto de su grosor en las dos últimas décadas.
La mayor preocupación es que el lecho de rocas que sujeta los glaciares de la región está bajo el nivel del mar. Si los glaciares se retiran no encontrarán protección de las aguas cálidas y estas los perseguirán hacia el interior del continente, lo que provocará una mayor fusión de hielo.
Según Wouters, parece como si el adelgazamiento de la capa de hielo hubiera cruzado un umbral crítico en 2009.
Los detalles todavía no se conocen bien porque la zona ha sido poco estudiada, precisamente porque no presentaba signos de cambio hasta ahora. Se necesita estudiar más esta región y saber exactamente cómo es el perfil rocoso del interior. Esto permitirá saber mejor qué pasará en el próximo futuro.
En todo caso, este estudio demuestra que la capa de hielo antártico es menos estable de lo que se creía. La escala de tiempo implicada es inusitadamente reducida y alarmante.
Aunque expertos como Eric Rignot (University of California en Irvine y no participante en este estudio) no se muestra sorprendido, porque ya documentó la desestabilización de uno de los mayores sistemas de glaciares en el mar de Amudsen. Según él, el principal culpable son las corrientes de agua más cálida. Se sorprende de que todo esto no haya pasado antes. Este glaciólogo espera que se produzcan más cambios de este tipo en este continente según el calor oceánico sea transportado hasta allí.
Afortunadamente, Europa invierte algo en el asunto, por ejemplo con el Criosat. Sólo señalar la importancia de medir este tipo de fenómenos que contrasta con las trabas que ha encontrado recientemente la NASA en la cámara de representantes para financiar su Earth Science Program. El subcomité de Ciencia Espacio y Tecnología ha propuesto eliminar completamente ese presupuesto de la NASA, pese a que había sido apoyado por Obama en el pasado febrero. “Sugiero que, y eso es algo sobre lo que casi todos los americanos estarían de acuerdo, la función principal de la NASA es explorar el espacio”, dijo Ted Cruz, presidente de dicho subcomité.
Muchos expertos coinciden en que detrás de esto hay una maniobra para negar el cambio climático, pues sin datos no puede haber estudios sobre el cambio climático. Si no miramos no vemos.
La forma de no querer ver la realidad de los negacionistas es similar a la que tenían los que negaban la esfericidad de la Tierra o el modelo heliocéntrico, sólo que en este caso el dios al que sirven es el becerro de oro, dios del que unos pocos sacan pingües beneficios.
La pérdida de hielo de la Antártida no solamente hace subir el nivel del mar y pone en peligro la climatología de este planeta y la supervivencia de todos sus habitantes (incluidos los humanos), sino que además borra unos paisajes de inusitada belleza, como los que se pueden ver en este vídeo sobre la península antártica (mejor descargarlo y verlo en alta definición en una gran pantalla):

Si la razón no nos conmueve a la hora de evitar un desastre planetario, quizás lo hagan los sentimientos. Al fin y al cabo, el ser humano es un ser principalmente emocional.

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Fuentes y referencias:
Artículo original [3]
Foto: Alba Martin-Español.