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Sobre la falsabilidad de la panspermia

Idean un sistema mediante el cual se podría poner a prueba la idea de que la vida se propaga de un planeta a otro por la galaxia.

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No sabemos cómo pudo darse la abiogénesis, es decir, la aparición de vida a partir de sustancias inanimadas. Algunos opinan que la Tierra es un sitio limitado para que algo así pudiera suceder y que la vida se originó en otro lugar y luego vino aquí en algún meteorito.
Esto, naturalmente, no soluciona el problema de la aparición de la vida, pues traslada el problema a otro sitio.
No obstante, en los últimos años se han ido acumulando pruebas de que ciertas formas de vida terrestre pueden sobrevivir en el vacío del espacio exterior, así como a la radiación allí reinante. También se ha podido comprobar que ciertos microorganismos resisten en el laboratorio un impacto equivalente al que sufrirían en la caída de un meteorito si fueran en él. Además, en la Tierra se han encontrado, por ejemplo, meteoritos procedentes de Marte y los cálculos indican que el impacto de meteoritos sobre la Tierra tiene que haber lanzado a su vez rocas de la Tierra hacia todo el sistema solar, cayendo en sitios tan lejanos como la luna Europa.
Se especula que la panspermia podría valerse de este tipo de mecanismo para propagar la vida por toda la galaxia. Pero probar este asunto no es fácil. Si pudiéramos ir a distintos planetas con vida y analizar la vida en ellos podríamos comprobar que la vida es muy distinta (distintas abiogénesis) o muy parecida (la panspermia ha operado entre ellos). Sin embargo, esta capacidad de viaje no es posible ahora y parece que va a estar vetada a la humanidad durante muchos siglos, si es que es posible.
Para tratar de solucionar este problema Henry Lin (Harvard College) y Abraham Loeb (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics) han ideado un sistema falsable que permitiría saber si hay o no panspermia. Han realizado diversos modelos de panspermia para así comparar sus resultados con los resultados experimentales sobre bioindicadores que quizás tengamos en un futuro a medio plazo.
Si la panspermia se da, entonces la vida se propagará como las colonias de bacterias en una placa de Petri. En este caso habrá burbujas aisladas unas de otras en nuestra galaxia en donde la vida satura los planetas propicios que contiene esa burbuja. La vida se propagaría desde el centro de esta burbuja (en donde se dio la abiogénesis) hacia el exterior radialmente.
Si no hay panspermia entonces sólo habrá unos pocos planetas distribuidos al azar en los que haya vida.
En la figura de cabecera podemos ver un esquema de cómo sería. El caso de la izquierda correspondería a la panspermia. En este caso, una vez que la vida aparece empieza a percolar formando agregados que crecen con el tiempo. La vida puede aparecer mientras tanto de forma espontánea creando agregados más pequeños dentro de otros más maduros. Según pasa el tiempo los agregados finalmente se solapan y la galaxia está dominada por la vida. El caso límite en el que la vida aparece una sola vez en la galaxia y se propaga correspondería a un triángulo azul a secas.
En el caso de que no haya panspermia (caso de la derecha). La vida no puede propagarse. Por tanto, no hay transición de fase, pero gradualmente se va produciendo cierta saturación de planetas habitados.
Quizás contemos en los próximos años con telescopios espaciales capaces de obtener espectros de exoplanetas. Quizás incluso el James Webb pueda hacer esto de algún exoplaneta cercano. Esos espectros pueden revelar la presencia de ciertos gases en las atmósferas de esos planetas que indiquen que sobre ellos hay vida. Es lo que se llama bioindicadores.
Ahora bien, supongamos que se hacen esas observaciones y se encuentran varios de estos planetas rocosos en la zona habitable de su estrella con bioindicadores (pongamos que 25) en un lado del cielo según nuestra perspectiva, pero en la otra mitad del cielo se encuentran 25 planetas rocosos en la zona de habitabilidad que no tienen bioindicadores. Eso significaría que estamos en el borde de una burbuja de panspermia y la vida habría llegado probablemente a la Tierra procedente de esa dirección.
Si nos encontrásemos en el interior de una de esas burbujas de panspermia entonces sería más difícil de confirmar esta hipótesis. Si la vida nos rodease, escasa o no, entonces o bien tendríamos que concluir que no hay panspermia o que esta se da a un ritmo muy lento.
Obviamente, las futuras observaciones se contrastarán con modelos estadísticos para poder decir algo más que blanco o negro.
En todo caso, la detección de un solo caso de bioindicadores en un planeta rocoso en la zona de habitabilidad ya sería revolucionario por sí mismo en todos los sentidos.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Gráfico: Henry Lin y Abraham Loeb.