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Obesidad y epigenética

Un hombre que sea obeso debido a sus hábitos alimenticios pasa marcas epigenéticas en sus espermatozoides que hacen que sus hijos sean propensos a la obesidad.

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Todos recordamos el nefasto efecto que la enseñanza de la evolución tenía en la escuela o instituto hace muchos años. Se empezaba con Lamarck recalcando que era una teoría equivocada para pasar a la teoría correcta propuesta por Darwin.
Al final la gente se quedaba con la primera porque le parecía más intuitiva, pese a que algunos nos empeñábamos en convencerlos de lo contrario. No, la jirafa no modifica la parte de la herencia reservada al cuello mediante su estiramiento cuando intenta comer hojas de ramas altas.
Lo mejor hubiera sido no mencionar la teoría lamarckista (o mejorar el sistema educativo, algo que nunca llegó).
Sin embargo, en los últimos años cierta idea lamarckista ha renacido de las cenizas desde el descubrimiento de la epigenética. No tenemos que confundirnos, pues el lamarckismo es erróneo, pero resulta que ciertos genes sí se pueden activar o desactivar a través del ambiente y esta activación o desactivación puede pasar a la descendencia, al menos durante un tiempo.
Los genes no cambian con este mecanismo y es un mecanismo muy limitado desde el punto de vista evolutivo, pero la epigenética permite adaptaciones rápidas a pequeños cambios súbitos en el ambiente.
La mayoría de estos cambios epigenéticos se deben a la adición de grupos metilo en la estructura del ADN o son debidos a pequeñas moléculas de ARNs. Estas marcas epigenéticas controlan cómo los genes a los que afectan son expresados.
Un estudio de 2005 realizado con los habitantes de un pueblo sueco que sufrió una hambruna en el pasado hablaba de una posible conexión entre dieta y epigenética. Al parecer, el que el padre pasara hambre hacía que sus hijos tuvieran una mayor probabilidad de contraer enfermedades cardiometabólicas. Por tanto, el estrés nutricional puede pasar a la descendencia a través de cambios epigenéticos.
Por tanto, las marcas epigenéticas pueden controlar los genes que son expresados y esto puede afectar la salud de la descendencia, algo ya observado en otros seres como insectos o ratones.
Ahora, un estudio muestra uno de estos casos relacionado con el metabolismo en humanos. Un hombre que sea obeso debido a sus hábitos alimenticios pasa marcas epigenéticas en sus espermatozoides que hacen que sus hijos sean propensos a la obesidad.
Esto proporcionaría una explicación biológica al hecho de que los hijos de obsesos tienden a ser aún más obesos que sus padres.
En la primera parte de este estudio se tuvieron en cuenta 13 casos de hombres delgados frente a 10 hombres moderadamente obesos y buscaron marcas epigenéticas.
No encontraron cambios en las proteínas que envuelven el ADN, pero si encontraron genes metilizados y marcas de ARNs. En total encontraron 9000 genes con estas marcas epigenéticas. Además, algunos de los genes afectados estaban asociados al desarrollo de la parte del cerebro que controla el apetito. También se vieron afectados el gen FTO ligado a la obesidad y otros 300 genes ligados al comportamiento que incluyen patrones de ingesta y otros hábitos.
En la segunda parte los investigadores analizaron además posibles cambios estructurales en los genes de los espermatozoides de 6 hombres que se sometieron a cirugía para perder peso. Estos análisis los hicieron antes de la operación, justo una semana después y un año más tarde. Con ello querían saber si los espermatozoides portan además información sobre la salud del hombre que los produce.
En esta segunda parte del estudio encontraron 1500 genes marcados con metilización al cabo de una semana tras la cirugía y 4000 al cabo del año. Sólo 2700 genes afectados habían sido identificados en la primera parte del estudio.
Al parecer la cosa tenía más que ver con el sobrepeso en sí que con el estilo de vida.
Se puede especular que hay razones evolutivas para fomentar algo así. Se supone que es mejor que un hijo coma más cuando hay alimentos para que así crezca más rápido y se haga más fuerte o almacene energía para así resistir infecciones y épocas de escasez. Es solamente ahora, cuando los alimentos son muy abundantes, cuando esto no es una ventaja para los individuos.
Así que un hombre debe cuidar su salud si desea tener una descendencia sana y no solamente lo deben hacer las mujeres embarazadas.
Un estudio realizado por otro grupo de investigadores llega a conclusiones similares en cuanto a que los hábitos alimenticios del padre afectan a su descendencia.

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Fuentes y referencias:
Artículo original I. [2]
Artículo original II. [3]
Gráfico: Donkin and Versteyhe et al./Cell Metabolism 2015.