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La reducción de la megafauna empeorará el clima

La defaunación del bosque tropical hace que haya menos grandes árboles que secuestren dióxido de carbono.

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Todo está relacionado con todo porque la suma de cada una de las partes forma un todo emergente al que llamamos Universo. Si nos circunscribimos al planeta Tierra, nuestra única casa posible en el Cosmos, esto es aún más cierto. El clima terrestre no es independiente de las especies que habitan nuestro mundo.
Un negacionista podría argumentar que, como no sabemos del todo cómo funcionan los ecosistemas o el clima, no podemos cambiar nuestros hábitos o costumbres y que sólo cuando sepamos bien qué pasa hacer algo. Esto es equivalente a decir que, como no sé muy bien cómo funciona el motor de mi coche, puedo seguir quitando sus tornillos para usarlos en otras cosas.
Naturalmente, una política así acabaría con un accidente de circulación al eliminar tornillos esenciales como los de los frenos y en el mundo habría un tonto menos que no pasaría sus estúpidos genes a la siguiente generación, lo que nos alejaría del sistema reflejado en la película Ideocracia.
Pero en este caso del clima no estamos quitando los tornillos a nuestro coche, sino que unos desalmados los roban del autobús en donde vamos montados todos y cada uno de los habitantes de este mundo. No sólo los tornillos, también la chapa, el parabrisas, etc.
No es que estemos cambiando el clima, es que, además de ello, destruimos la selva, los bosques, los arrecifes coralinos, matamos los grandes mamíferos, acidificamos los mares, desertificamos y erosionamos la tierra, sobrepescamos, contaminamos el aire y las aguas, extinguimos especies, etc.
Además, la premisa es falsa. Sí conocemos en gran medida cómo funciona el clima y los ecosistemas. Nada como el resultado que vamos a relatar para ilustra este punto.
Un grupo internacional de investigadores señala que la extinción de grande animales como primates, tapires, tucanes, etc. agravará las consecuencias del cambio climático.
Muchos de los grandes animales de las regiones tropicales se alimentan de frutas. Estas son producidas por árboles que usan este método para dispersas sus semillas. Las semillas de estos árboles están diseñadas para pasar sin daños a través del tracto digestivo de estos animales y que estos las dejen caer lejos.
Además, estos árboles son grandes y tienen la madera densa, lo que les permite fijar mucho más carbono que los árboles pequeños.
Sin estos animales no hay dispersión de semillas, estos árboles no pueden propagarse y están condenados a la extinción. Y sin estos árboles (o su reducción en número) hay menor biodiversidad porque las especies pequeñas que también viven de ellos también desaparecen.
El resultado final es una menor biodiversidad y una menor fijación de carbono en la madera de los árboles de estas selvas, lo que aumenta el efecto invernadero y el calentamiento global.
Por tanto, la eliminación de grandes animales destruye el equilibrio natural en estos ecosistemas y lleva a una pérdida de grandes árboles, lo que significa una mayor cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.
Según Carlos Peres (School of Environmental Sciences) las grandes aves y mamíferos proporcionan casi todo el servicio de dispersión de semillas de las grandes plantas. Pero los grandes vertebrados están amenazados de extinción debido a al caza y a la pérdida de sus hábitats. Pero este gran declive de la megafauna tropical puede traer graves consecuencias que no se habían previsto con anterioridad.
“Mostramos que el declive y extinción de grandes animales inducirá un declive de grandes árboles. Esto afectará la capacidad de los bosques tropicales de almacenar carbono y por tanto su potencial para contrarrestar el cambio climático”, añade.
El estudio se realizó sobre 2000 especies de árboles del bosque atlántico brasileño y más de 800 especies de animales.
Los pequeños animales no suelen ser el blanco de los cazadores, pero estos animales no dispersan las semillas de grandes árboles, sino la de los árboles pequeños.
Son los animales grandes como los primates, tapires o tucanes los que están asociados a la dispersión de semillas de grandes árboles y estos sí son el objetivo de los cazadores.
Al eliminar los grandes animales, la composición del bosque tropical cambia hacia uno con árboles pequeños y arbustos que tienen una menos capacidad de almacenar carbono.
Según Pedro Jordano (CSIC) no es que solamente se pierdan animales emblemáticos, sino que además nos enfrentamos a una pérdida de las interacciones que mantienen la función apropiada y servicios clave del bosque, como el almacenamiento de carbono.
Hasta ahora los esfuerzos en políticas medioambientales en los países tropicales para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero se centraban en evitar la deforestación. En concreto se han centrado en evitar la degradación del bosque debido a la tala y a los incendios.
Pero este estudio muestra que también se han de centrar en la conservación de grandes animales si se quiere un bosque sano que mitigue las emisiones de dióxido de carbono.
Los investigadores implicados esperan que su trabajo sea tenido en cuenta en el programa de la Naciones Unidas destinado a mitigar la deforestación, degradación del bosque y a la reducción de emisiones (REDD+).

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Fuentes y referencias:
Artículo original [2]
Foto: Pedro Jordano.