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Ensayos clínicos con CRISPR

En China se ya comenzado un ensayo de terapia inmunitaria contra el cáncer basada en la edición genética.

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CRISPR, pronunciado “crisper”, es la nueva revolución en el mundo de la biotecnología.

Los CRISPR (clustered regularly interspaced short palindromic repeats, o repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas) se encuentran en el mundo natural y son loci de ADN que contienen repeticiones cortas de secuencias de bases. Después de cada repetición van segmentos cortos de ADN espaciador proveniente de exposiciones previas a un virus. Los CRISPR se hallan en aproximadamente el 40% de los genomas bacterianos y en el 90% de los genomas de las arqueas, al menos hasta donde se ha secuenciado hasta el momento.

Estas secuencias fueron identificadas por primera vez por un grupo de científicos japoneses en 1987 (grupo de Yoshizumi Ishino) y luego, más adelante y de forma independiente, por Francisco J. M. Mojica (Universidad de Alicante) a principios de los años 90. Este investigador encontró después más casos y terminó acuñando el término. En 2005 se dio cuenta de que las secuencias CRISPR y los espaciadores asociados podían formar parte de algún sistema inmune propio de estos microorganismos procariotas.

Este trabajo y otros estudios independientes por parte de otros grupos de investigadores indican que el sistema CRISPR parece tener un papel importante en la inmunidad adaptativa en las bacterias.

Este mecanismo tiene gran importancia para biodiversidad y evolución de los seres vivos, desempeñando un papel importante en la regulación genética de las especies. Pero lo que ha puesto a CRIPR en los medios es su utilización desde 2013 como herramienta para la edición de genes, mecanismo mediante cual se pueden agregar, apagar o cambiar secuencias de genes específicos.

Ahora Nature se hace eco de una noticia de que un grupo de investigadores de la Universidad de Sichuan (China) a cargo del oncólogo Lu You aplicó el pasado 28 de octubre la técnica CRISPR–Cas9 a un paciente con un agresivo cáncer de pulmón en un ensayo clínico en el hospital de China Oeste (Chengdu).

Algunos científicos de EEUU, como Carl June (University of Pennsylvania), creen que la noticia producirá un efecto Sputnik y que se acelere la investigación en este campo en EEUU.

Ya existe un grupo de investigación en la Universidad de Pekín que espera empezar en 2017 los ensayos clínicos con esta técnica en cánceres de vejiga, próstata y renales, pero aún no tiene fondos.

La idea detrás de este tipo de tratamientos consiste en tomar muestras de las células inmunitarias del paciente y modificarlas con CRISPR para silenciar el gen que codifica la proteína PD-1, que normalmente frena a las células inmunitarias a la hora de atacar células del propio cuerpo. Algunos tipos de cáncer pueden prosperar fácilmente debido a que el sistema inmunitario no lo reconoce como enemigo.

Naturalmente, después de modificar estas células, se introducen en el paciente a la espera de que entonces ataquen a las células cancerosas. Al menos, esa es la esperanza, pues todavía no hay resultados.

El grupo de Lu planea tratar con 2, 3 y 4 inyecciones a 10 pacientes que serán vigilados durante seis meses para saber si se producen efectos secundarios. Más allá de ese tiempo se observará si el tratamiento es efectivo.

De todos modos, se plantea la duda de que, aunque es método funcione, no es fácilmente escalable, un eufemismo sobre lo caro que es tener que hacer este tratamiento a la carta para cada paciente.

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Fuentes y referencias:
Noticia en Nature. [2]
Esquema: Roddelgado / Wikipedia.