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Telefonía móvil y predicción del tiempo

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La telefonía móvil podría ayudar a la mejora de las predicciones meteorológicas gracias a una mejor medida del patrón de lluvias entre otros parámetros.
Unos investigadores de la universidad de Tel Aviv en Israel dirigidos por Hagit Messer muestra que es posible medir la lluvia que cae mediante el análisis de las fluctuaciones de las centralitas de los teléfonos móviles.
Este grupo cree que usando esta información de manera apropiada se podrían crear modelos de predicción de tiempo mucho mejores, tanto en exactitud como en cobertura.
Es bien conocido que la lluvia afecta la transmisión de señal de los teléfonos móviles. Las gotas que están en el aire reducen la señal, el tamaño específico de dichas gotas afecta específicamente a determinadas frecuencias de la señal. La estación base entonces trata de compensar automáticamente la señal atenuada según las condiciones atmosféricas van cambiando. Esta compensación es precisamente la que revela la información útil que permite medir los fenómenos atmosféricos.
Estos investigadores usaron los registros de las fluctuaciones de la fuerza de la señal de ida y vuelta tomadas entre los teléfonos móviles y las estaciones base grabados durante 24 horas y pudieron calcular la superficie donde caía la lluvia cada 15 minutos durante una tormenta en un área de 3 por 7 kilómetros. Posteriormente estos datos fueron comparados los procedentes de las medidas directas tomadas en el lugar.
Se especula además con mediciones de la humedad ambiental y la temperatura del aire que también afectan a este tipo de señales radioeléctricas.
La esperanza es que las compañías de telefonía móvil suministren esta información sin que esperen beneficios a cambio. Mientras tanto este grupo de investigadores trabaja en el perfeccionamiento de la técnica para así poder distinguir los distintos tipos de precipitación como lluvia, nieve y granizo o incluso medir el nivel de contaminación.
En el pasado ya se utilizó la información procedente de móviles para medir la cantidad de vehículos que hay en las carreteras mediante la extrapolación del número de llamadas realizadas. Incluso las perturbaciones que un avión invisible al radar norteamericano causaba en el sistema de telefonía movil de la antigua Yugoslavia sirvió a las tropas servias en 1999 para abatirlo en vuelo.