La especiación es principalmente un proceso neutro en el que la probabilidad de generar nuevas especies aumenta cuando la diversidad es baja.
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Saber los detalles de la evolución no es sencillo, por lo que no es fácil poner a prueba las distintas teorías evolutivas. Porque la evolución tal cual, como la gravedad, es un hecho incuestionable.
El problema de la evolución es que opera a muy largo plazo. Incluso cuando tenemos una sucesión generacional de unos minutos, como en el caso de las bacterias, los experimentos en marcha sobre evolución que las usan ya llevan varias décadas acumuladas. Pero tampoco sabemos si las conclusiones de estos experimentos con microorganismos son extrapolables a especies más complejas. Además, conceptos como la especiación son más confusos en este caso de las bacterias.
Por otro lado, el registro fósil es siempre incompleto, así que no es sencillo deducir qué es lo que ha pasado con detalle en la historia evolutiva de la vida en este planeta.
A lo largo de esa historia evolutiva han aparecido nuevos grupos de especies que han prosperado a expensas de otros y la biodiversidad ha ido cambiando dramáticamente a lo largo del tiempo geológico, sobre todo cuando se han dado fenómenos como las extinciones masivas.
Saber qué factores regulan la prosperidad o caída en desgracia de las distintas especies no es fácil. Se ha debatido durante mucho tiempo acerca de si la biodiversidad es regulada principalmente por la interacción entre las especies o si está determinada por las condiciones ambientales externas.
La hipótesis previas parecen explicar diferentes caras del mismo problema, haciendo que los debates acerca de ellas carezcan de sentido a no ser que las extinciones y la especiación se estudien por separado.
Para poder saber más sobre este asunto habría que seguir al pista durante cientos de millones de años a grupos de seres vivos, pero en esto el registro fósil nos puede ayudar en poco por lo ya mencionado. Pero hay una alternativa que todavía se puede emplear.
Un grupo de investigadores de Finlandia, Suecia, Suiza y EEUU ha escogido a los helechos como grupo de estudio. Los helechos han sobrevivido a 4 extinciones masivas y durante 400 millones de años han estado diversificándose bajo distintas influencias, lo que constituye una historia evolutiva muy larga. El grupo dominante de helechos ha cambiado repetidamente en ese lapso de tiempo.
Pero en lugar de estudiar el registro fósil, estos investigadores han recurrido a la información genética para poder reconstruir su historia evolutiva. Esta está de algún modo dispersa en los genomas de todas las especies de helechos.
A partir de esta información contenida en las especies que todavía están vivas hoy en día, han podido poner a prueba por primera vez los distintos modelos evolutivos que se han propuesto mediante un análisis analítico.
La variación observada en la diversidad de helechos a lo largo del tiempo se comparó con la variación en otros grupos de plantas y con las variaciones en el ambiente, como las ocasionadas por la tectónica, cambios climáticos, etc.
Los resultados muestra que los cambios en el ambiente afectan fuertemente las extinciones. Pero, sorprendentemente, no influye en la generación de nueva diversidad. En su lugar, la aparición de nuevas especies de helechos es acelerada cuando la diversidad de helechos es baja, como cuando se da una extinción masiva.
Así que, sorprendentemente, los factores que afectan la extinción y la generación de especies son diferentes. Los cambios climáticos del pasado, por ejemplo, tuvieron un gran impacto sobre la extinción pero no sobre la especiación.
El estudio sugiere, por tanto, que la génesis de nuevas especies es principalmente un proceso neutro en el que la probabilidad de especiación aumenta cuando la diversidad es baja.
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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: NeoFronteras.