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Catalogan jovianos en zona de habitabilidad

Encuentran más de 100 planetas gaseosos gigantes en la que zona de habitabilidad de su estrella para así, en el futuro, buscar exolunas habitadas.

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A veces las ganas de los investigadores por descubrir algo se topa con las dificultades de descubrir ese algo, aunque ese algo seguro que exista. Este parece ser el caso de las exolunas. Estas serían satélites que orbitarían alrededor de exoplanetas que se encuentran fuera de nuestro Sistema Solar.

En el pasado se predijo que la misión Kepler descubriría alguna exoluna, pero al final no fue así. Primero porque las estrellas son más «ruidosas» de lo que se creía y es difícil deducir la señal generada por el tránsito de objetos pequeños. Segundo porque la misión primera de Kepler falló al cabo de un tiempo por culpa de la rotura de varios volantes de inercia y el telescopio no pudo apuntan permanentemente a la misma zona del cielo nunca más.

Las exolunas tienen que existir porque son el subproducto de la formación planetaria y hay muchos planetas ahí fuera. Además, sólo en nuestro Sistema Solar hay 175 lunas, más o menos. Como nuestro sistema planetario es mediocre y no especial, debe haber lunas en otros muchos sitios.

La abundancia, tamaño y naturaleza de estas exolunas es algo que se desconoce, pero es de esperar que haya muchas que sean de tipo rocoso. Puede que haya alguna que tenga una tamaño similar a la de la Tierra y que orbite alrededor de algún gaseoso gigante o planeta de tipo joviano. Si el joviano está en la zona de habitabilidad (¿zona de acuabilidad?) de su estrella, alguna exoluna de tamaño terrestre puede que contenga vida.

Que se den estas condiciones no es fácil. Ni siquiera sabemos si es posible que una exoluna pueda llegar a tener el tamaño de la Tierra, pues en nuestro sistema no hay ninguna. Y esto es importante, pues un tamaño menor en la zona de habitabilidad significaría la pérdida de toda su agua y atmósfera.

A su vez, algunos estudios al respecto también sostienen que hay una zona de habitabilidad, alrededor del planeta gaseoso gigante, que sumaría sus efectos, pues el efecto de las fuerzas de marea puede calentar en exceso a la exoluna, tal y como, por ejemplo, le pasa la luna Ío de Júpiter.

Pero también un mundo así podrían tener ventajas. Es fácil que un planeta orbitando cerca de su estrella llegue a sincronizar su rotación y su órbita de tal modo que siempre presente la misma cara a su estrella. Algo que ocurriría con frecuencia para el caso de las enanas rojas. Pero a una exoluna le pasará esto respecto a su joviano y entonces no presentará la misma cara a su estrella, por lo que tendrá ciclos razonables de día y «noche».

Pese a todo, unos astrofísicos de University of California en Riverside y University of Southern Queensland se han puesto a estudiar los jovianos catalogados fuera de nuestro Sistema Solar a la búsqueda de los que estén en la zona habitable de su estrella.

Si alguno de ellos tiene una exoluna de tamaño suficiente entonces puede que tenga vida, como la luna de Endor de Star Wars. La idea es que con los futuros telescopios, tanto en el suelo como en el espacio, se puedan detectar dichas exolunas y extraer espectros de ellas a la búsqueda de bioindicadores.

Han logrado identificar más de 100 de estos jovianos que potencialmente puedan tener exolunas. El trabajo podría ayudar a diseñar futuros telescopios que puedan estudiar estas lunas.

«Hay actualmente 175 lunas conocidas orbitando los ocho planetas de nuestro Sistema Solar. Mientras que la mayoría de estas lunas orbitan Saturno y Júpoter, que están fuera de la zona de habitabilidad del Sol, ese no tiene que ser el caso de otros sistemas solares. Si incluimos exolunas rocosas en nuestra búsqueda de vida en el espacio ampliaremos los lugares en los que mirar», dice Stephen Kane (University of California en Riverside).

Este investigador y sus colaboradores han seleccionado 121 planetas gigantes en la zona habitable con un radio 3 veces superior al terrestre que pudieran llegar a tener lunas. Aunque estos planetas gaseosos gigantes no son tan abundantes como se creía, cada uno de ellos puede tener varias lunas orbitando alrededor.

Estos investigadores planean ahora centrarse en las características de diseño que tienen que tener los telescopios para estudiar estas posibles exolunas y buscar señales de vida en ellas

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Ilustración: NASA GSFC: Jay Friedlander and Britt Griswold.