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Una sola capa de células

Todos los árboles dependen en una capa de una célula de grosor.

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Hubo un momento en el que sobre la tierra firme de este planeta no había bosques. Luego los árboles se alzaron sobre el suelo a la conquista del aire y la luz.

Los árboles han inspirado a los humanos durante miles de años. Algunos de ellos incluso han sido testigos de gran parte de la historia del ser humano. El organismo más masivo de la Tierra no es la ballena azul, ni una secuoya gigante, es la colonia clonal Pando en Utah, un bosque de álamos temblones. Pesa 6615 toneladas y tiene una edad de 80000 años.

Los árboles han desafiado la gravedad, los huracanes, las plagas y multitud de otros problemas a lo largo de millones de años, pero están sucumbiendo al ser humano.

Los árboles tiene una gran importancia en la Tierra al ser los que más contribuyen a producir el oxígeno atmosférico y a retirar el dióxido de carbono al fijarlo en su madera, por lo que cambian la composición de la atmósfera terrestre.

En el tronco de todo árbol hay un tejido en forma de cilindro que está justo entre la corteza y el duramen: el cambium. Hacia afuera producen células enriquecidas con suberina que están destinada a ser corteza y hacia dentro enriquecidas con lignina, que son las que van a producir la madera. Según crece el árbol crece en diámetro este cilindro de tejido.

Los biólogos se han estado preguntado desde hace ya mucho tiempo sobre la estructura y función de esta capa de células que en el tronco producen el duramen y la corteza de los árboles.

Ahora, un grupo de investigadores de University of Melbourne ha descubierto que todos los árboles verdaderos, desde el abedul del norte de Europa a la secuoya de California pasando por los árboles selváticos forman su tronco a partir de una capa del grosor de una sola célula no más gruesa que que la punta de una aguja.

Hasta ahora no se sabía exactamente cómo las células del cambium realizaban su función. El número de células que forman el cambium y hasta que punto el destino de estas células está determinado ha sido un tema de debate durante un siglo.

Algunas células del cambium son células madre, por lo que están todavía sin diferenciar. Cada una de ellas puede llegar a formar una célula en el duramen o en la corteza u otra funcionalidad.

No se sabía cuántas célula madre había en el cambium, así que este equipo de investigadores, para poder investigar sobre ello, se puso a desarrollar un nueva técnica denominada ISSA (Induced Somatic Sector Analysis). Esta técnica consiste en colocar unos marcadores genéticos en célula individuales del árbol, en este caso un álamo. Con ello pudieron hacer un seguimiento del camino que llevan las células del cambium para formar corteza o madera.

Estas etiquetas genéticas se pueden usar para marcar a cientos de células individuales dentro de la región de crecimiento del tronco del árbol y seguir las divisiones celulares que sufren. Los sectores de tejido que forman pueden entonces ser identificados fácilmente tras un análisis. Como el gen marcador pasa de una célula individual a sus descendientes, el estudio de los patrones de crecimiento permite determinar que células terminaron formando madera, qué células formaron corteza y cuáles seguían siendo células madre.

El cambium fue descubierto a finales del siglo XIX y desde entonces los botánicos han tratado de comprender su estructura y función. Una sector sostiene que el cambium está hecho de múltiples capas de células madre, mientras que los demás sostienen que sólo hay una capa celular.

Estos investigadores, gracias a la observación del destino de células individuales y sus frecuencia, han descubierto que el cambium contiene una capa de sólo una célula de grosor de verdaderas células madre sin diferenciar y que son las en última instancia forman la corteza y la madera.

También han descubierto que un tercio de las células madre del cambium se desintegran frecuentemente y se pierden desde finales de primavera a finales del verano. Las tasa a la que las células de madera y corteza se dividen son independientes una de otra.

No hace falta mencionar la importancia de la madera para producir muebles, materiales de construcción o leña, todo ello de forma renovable. Estos hallazgos podrían tener impacto en la silvicultura y sus industrias asociadas, pues una mejor comprensión de cómo crece el tronco de los árboles puede ser de utilidad. Quizás se podría hacer que los árboles produjeran más madera.

Pero no deja de ser fascinante que el tronco de una secuoya gigante se haya formado a partir de sólo una monocapa celular más delgada que la punta de una aguja.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: NeoFronteras.