- NeoFronteras - http://neofronteras.com -

El final definitivo de la misión Kepler

La NASA ha declarado muerta la misión Kepler por el agotamiento del combustible.

Foto

Se venía venir porque se sabía que las reservas de combustible estaban cerca de cero. Ya se ha hecho oficial. El telescopio espacial Kepler ha dejado de funcionar.

A unos pocos meses de cumplirse su décimo aniversario, la misión está definitivamente muerta. Una vez descargados los últimos datos que Kepler había adquirido, los ingenieros de la misión han apagado su electrónica para que no interfiera en las comunicaciones radioléctricas. A partir de ahora será un satélite artificial del Sol, posiblemente durante millones de años.

Esta misión consistía en un telescopio con un espejo primario de 1,4 m de diámetro y una cámara ultraprecisa de 95 Megapíxeles. La idea era encontrar planetas por el método de tránsito.

Como todos sabemos, su misión primaria fue interrumpida en 2013 por el segúndo fallo en un volante de inercia que impidió que siguiera apuntando permanentemente a la misma zona de cielo. Desde entonces la misión Kepler II se valía de la presión del viento solar para estar orientado 3 meses hacia distintas zonas del cielo.

La idea que teníamos de nuestra galaxia y, en concreto, de los planetas que la pueblan, ha cambiado radicalmente gracia a esta misión. Hasta Kepler sólo se conocía unos pocos exoplanetas gaseosos gigantes. Y hasta hace poco más de 20 años no se conocía ningún exoplaneta.

Kepler ha descubierto 2681 planetas fuera de nuestro Sistema Solar. Unos 30 de ellos planetas de tipo rocoso que están en la zona de habitabilidad de su estrella. Incluso ha descubierto planetas de los cuales no tenemos ningún ejemplos en nuestro sistema planetario, como las supertierras que son muy abundantes ahí afuera.

Kepler fue lanzado en 2009 como una misión barata de tipo Discovery por parte de la NASA, pero convencer a la NASA para financiar esta misión fue un trabajo hercúleo realizado William Borucki, que concibió, junto a Audrey Summers, esta misión en 1983. La NASA la rechazó esta propuesta de misión en 1992, 1994, 1996 y 1998. En 1996 Borucki cambió el nombre de FRESIP original de la misión por el de Kepler por sugerencia de astrónomos como Carl Sagan o Jill Tarter.

La NASA dudaba de la misión por la supuesta imposibilidad de detectar planetas de este modo. Al parecer las razones eran la estabilidad de la luz de las estrellas y la precisión de los detectores. Afortunadamente Borucki no se amilanó y siguió intentándolo hasta que consiguió la aprobación de la NASA en 2001.

Debido a las limitaciones observacionales impuestas, casi todas las 150 000 estrellas que Kepler observaba en su misión primaria están muy lejos para poder visualizar directamente sus planetas. Pero el objetivo principal era conseguir una estadística de la abundancia y tipos de planetas en nuestra galaxia. Pese a los sesgos, lo ha conseguido. Ahora sabemos que los planetas son muy abundantes en nuestra galaxia. Hay, al menos, un planeta por cada estrella. Vivimos en una galaxia poblada por multitud de planetas.

A la defunción de Kepler se suma el fin de la misión Dawn después de 11 años por el mismo motivo: la falta de combustible. Seguirá orbitando Ceres durante mucho tiempo.

La pasada semana falló un giróscopo del Hubble y en octubre le pasó lo mismo a telescopio de rayos-X Chandra. Fallos en estos volantes de inercia dejaron tullido a Kepler, que necesita tres para mantener su misión primaria y de los que sólo contaba con cuatro. El fallo de dos de ellos lo condenó. Una misión de 700 millones de dólares se vio seriamente comprometida por culpa del fallo de un componente de 200.000 dólares.

El asunto de los volantes de inercia, que son usados para la orientación de muchas misiones espaciales, ha traído de cabeza a los expertos del campo, pues siempre han sido el talón de Aquiles de las mismas. Ahora se empieza a sospechar que la actividad solar induce corrientes en estos volantes y estos dejan finalmente de funcionar.

«Kepler abrió la puerta de la exploración del cosmos al ser humano», afirma Borucki, ya jubilado.

El sucesor de Kepler es TESS, que emplea la misma técnica, y que se lanzó hace poco este mismo año. TESS ya observa las estrellas cercanas en busca de planetas. Quizás podamos algún día ver alguno de ellos.

Borucki dice tener un exoplaneta favorito: Kepler 22b. Este planeta es un poco mayor que la Tierra, pero posiblemente tiene una temperatura que permite mantener el agua líquida sobre su superficie. Gracias a Borucki ya podemos soñar con otros mundos.

Que Kepler descanse en paz.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com [1]

Fuentes y referencias:
Nota de prensa. [2]
Ilustración: NASA.