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Malas perspectivas para la selva amazónica

El cambio Climático está afectando ya a la Amazonía y los efectos económicos serán muy graves para Brasil.

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Unos estudios recientes nos hablan del siniestro futuro que le espera a la selva amazónica.

El primero de estos estudios ha sido realizado por más de 100 científicos pertenecientes a más de 30 instituciones a lo largo de todo el mundo y evalúa el impacto que está teniendo el Calentamiento Global sobre miles de especies de árboles a lo largo de esta selva. Han podido detectar las especies ganadoras y perdedoras en esta batalla contra un clima cambiado por el ser humano.

Según sus resultados, el Calentamiento Global está alterando la composición en especies de la selva, pero no lo suficientemente rápido como para paliar los efectos del cambio del clima.

Estos científicos han usado los registros obtenidos en cientos de lugares distintos de la cuenca amazónica como parte del proyecto RAINFOR. Han descubierto que desde los años ochenta los efectos del Cambio Climático, con fuertes sequías y aumento de las temperaturas y del dióxido de carbono, ha venido alterando el crecimiento de especies concretas de árboles y su mortalidad.

En particular, el estudio encuentra que las especies de árboles a los que más les gusta la humedad están muriendo con una alta tasa y más frecuentemente que otras especies más adaptadas a las sequías y estas las están reemplazando. Sin embargo, estas últimas no consiguen tomar el papel de las primeras a la tasa necesaria como para que la selva se conserve.

Además, los árboles más grandes, que forman el dosel de la selva en sus niveles más altos, están compitiendo favorablemente sobre las especies de plantas más pequeñas. Y los árboles pioneros, que son los que rápidamente brotan del suelo para llenar los huecos que se hacen en la selva por la muerte de árboles que caen también se están beneficiando de esta nueva dinámica. Todo esto se debería a que un mayor nivel de dióxido de carbono les beneficia.

Según Kyle Dexter (University of Edinburgh), el impacto del Cambio Climático sobre las comunidades de la selva tiene importantes consecuencias sobre el régimen de lluvias y las diversidad de la selva. Las especies más vulnerables a la sequía están ya restringidas a ciertas localizaciones en el corazón de la selva, lo que las pone en peligro de extinción.

«Nuestro hallazgos resaltan la necesidad de tomar medidas estrictas para proteger el bosque lluvioso que queda intacto. Se sabe que la deforestación debida a la agricultura y ganadería intensifica las sequías en la región, algo que está exacerbando los efectos que ya están provocados por el Cambo Climático», afirma Dexter.

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Por otro lado, un estudio realizado por investigadores brasileños, europeos y de EEUU señala las pérdidas económicas que se darán en Brasil si el Cambio Climático (CC) hace retroceder a la selva amazónica, tal y como se ha predicho.

Antes de este estudio se había sugerido que el CC y la deforestación tienen un gran impacto sobre la selva amazónica. Los modelos predicen que la selva será reemplazada por sabana, lo que causará una alteración muy severa, algo que se ha denominado la muerte de la Amazonía.

Si esto se da, no será posible secuestra dióxido de carbono a la tasa que se hace ahora mismo en la Amazonía, lo que, a su vez, hará que el CC sea aún más severo y que la desaparición del la selva y las extinción de especies sea irreversible.

Localmente esto hará que los habitantes de ciertos lugares de la selva se muden a otras áreas, posiblemente a las ciudades. Como consecuencia, se producirá una mayor demanda de recursos en las ciudades, incluyendo el agua potable. Los autores del estudio evalúan qué es lo que significará todo esto sobre la economía del país.

Teniendo en cuenta el coste de la vivienda, la transmisión de enfermedades y otros factores, los autores concluyen que el coste estaría entre 1 y 3,6 billones de dólares.

A la vez sugieren que si se toman medidas para reducir la muerte de la Amazonía, la factura sería menos gravosa y estaría entre 27.000 y 64.000 millones. El problema es que las emisiones de gases de efecto invernadero se dan a nivel global y, de momento, se ha fracasado en su reducción. La mejor manera de impedir la muerte de la Amazonía sería detener esas emisiones. Otra opción, como la fertilización de la región para ayudar a la selva a sobrevivir, sería absurda por los graves efectos secundarios.

Perder las selva amazónica, cualquier selva, significa perder un lugar de belleza sin igual en donde viven multitud de especies, especies que son fuentes de posibles medicamentos, reguladores del clima y poseen muchas más funciones, tanto ecológicas como económicas y culturales. Es el oxígeno que respiramos o el agua que bebemos. Si la especie humana provoca o permite una pérdida de este calibre entonces merece ser borrada de la faz de la Tierra.

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Fuentes y referencias:
Artículo original 1. [2]
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