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Hay que cambiar nuestra dieta

Proponen una nueva dieta con menos carne y grano para salvarnos del desastre medioambiental y de salud.

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La humanidad ha alcanzado los límites del planeta y está destruyendo los sistemas ecológicos y climático de la Tierra. El fin del mundo no es un evento puntual, es un proceso y estamos inmersos en él. El consumo desmesurado sin sentido y el crecimiento exponencial de la población son las causas principales.
En la actualidad cerca de 1000 millones de personas pasan hambre y 2000 millones comen demasiada comida, lo que provoca multitud problemas de salud. La dieta que mantienen los humanos está provocando muchos problemas de salud, además de una grotesca obesidad en una gran parte de individuos de la población mundial. Es una dieta para la cual la evolución no nos ha preparado, pues el ser humano se formó en épocas de escasez. La dieta insana está detrás de las 11 millones de muertes prematuras que serían totalmente evitables si se cambiaran los hábitos de alimentación.

La economía moderna, sin embargo, ha tenido mucho éxito a la hora de producir comida. Incluso podemos ver paradojas como la de ciertos países emergentes cuyo consumo de carne per cápita es elevadísimo. Pero todos los expertos sostienen que una dieta sana consiste en una gran cantidad de vegetales y un escaso consumo de carne. Por primera vez en 20000 años de trayectoria humana, estamos extremadamente fuera del equilibrio respecto al medio.

Según un estudio reciente, la manera en la que la humanidad produce y consume comida tiene que cambiar radicalmente para así evitar millones de muertes y un daño catastrófico al planeta Tierra. «Estamos en una situación catastrófica», dice Tim Lang (University of London)

Para evitar esa perspectiva apocalíptica, este estudio apunta a que se necesita cambiar la dieta human a nivel mundial. Básicamente consiste en reducir el consumo de azúcar y carne roja a la mitad y comer el doble de vegetales, frutas y frutos secos.

A la vez que dañamos nuestra salud con una dieta inadecuada, el sistema de producción de alimentos a nivel global es el mayor emisor de gases de efecto invernadero y la principal causa de la proliferación de algas tóxicas y zonas muertas a lo largo de las costas.

No sólo es que el ganado, sobre todo la ternera, emita grandes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero, sino que la tala y quema de bosques y selvas (ver foto de cabecera) para transformarlos en pastos o cultivos para piensos se traduce en emisiones de dióxido de carbono. Uno de los países en donde más se produce esto es Brasil, país que, además, tiene un elevado consumo propio de carne que se suma a las exportaciones tanto de soja para piensos como de carne. Por desgracia, el nuevo presidente de Brasil aboga aún más por la explotación de la selva.

Desde el punto vista climático y ecológico, la carne de ternera es el peor caso. Además de las emisiones directas e indirectas antes mencionadas, para producir un kilo de carne de ternera se necesitan 5 kilos de grano. Encima, un 30% de ese kilo de carne, o chuletas de cordero, terminarán en la basura.

La agricultura ya ha transformado la mitad de la superficie emergida de la Tierra y emplea el 70% del suministro de agua dulce.

El problema es que si ahora todo esto no es ya insostenible, en 2050 será totalmente imposible cuando seamos 10000 millones de habitantes. Es imprescindible adoptar una nueva dieta, reducir el desperdicio de comida e invertir en el desarrollo de nuevas tecnologías si se desea evitar un desastre.

El estudio parte de la base de una dieta promedio de 2500 caloría diarias. Propone una reducción de carne y productos lácteos a la vez que se aumente el consumo de vegetales.

Traducido esto en cifras, se propone un consumo diario de 7 a 14 gramos de carne roja. Para comparar, la típica hamburguesa pesa de 125 a 150 gramos. Para muchos países desarrollados y emergentes esto significa una reducción del 90% en el consumo de carne.

En cuanto a la leche se propone un consumo de 250 gramos de leche entera al día o su equivalente en yogur y otro tipo de derivados. De huevos se proponen uno o dos semanales.

A la vez, se proponed doblar el consumo de legumbres, vegetales, frutas y frutos secos. Por contra, los cereales se consideran el menos sano de los alimentos de origen vegetal.

El estudio ya ha sufrido diversos ataques. «Esperábamos estos ataques. Pero las mismas compañías que atacan estos hallazgos saben que puede que no tengan futuro si no adoptan estas medidas», dice Lang.

«Necesitamos que los gobiernos aceleran el cambio y se alineen con las directrices de la guía para una dieta sana bajo requerimientos de sostenibilidad y que reorienten las subvenciones agrícolas» dijo recientemente el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: Foto: Rodrigo Baléia/Greenpeace.