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Condritas carbonáceas y agua terrestre

Los asteroides podrían haber contribuido con agua al impactar masivamente contra la Tierra hace 3800 millones de años.

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Vivimos en un planeta recubierto de mares y océanos, pero los científicos todavía no han conseguido aclarar de dónde procede este maravilloso compuesto, esencial para la vida tal y como la conocemos.

El problema es que la Tierra se formó demasiado cerca del Sol y esta cercanía y el calor presente durante su formación habría hecho desaparecer todos los volátiles, incluida el agua, que estaba en forma de hielo en tiempos previos.

Por esta razón se propuso que el agua vendría a la Tierra más tarde a bordo de cometas cuando estos impactaban con frecuencia sobre la misma. Lo malo es que la composición isotópica del agua terrestre no concuerda con la de los hielos de cometas estudiados por las sondas espaciales.

Ahora, un estudio de investigadores del CSIC señala que las condritas carbonáceas, que son un tipo de meteoritos ricos en compuestos de carbono, incorporan minerales hidratados además de esa materia orgánica, señalándolos como origen de esta agua. Los materiales de estas condritas provendrían de la parte externa del disco protoplanetario antes de que se formaran los planetas y restos de ese disco caerían en formar de meteoritos ahora sobre la Tierra, pero lo tuvieron que hacer con mucha mayor frecuencia en el pasado remoto, por lo que pudieron aportar agua y otros volátiles a nuestro mundo. Por tanto, estos objetos pudieron jugar un papel muy importante en el transporte de volátiles desde las zonas alejadas del disco protoplanetario hacia los planetas interiores.

Las condritas carbonaceas proceden de asteroides pequeños de no más de unos cientos de kilómetros de tamaño que nunca sufrieron diferenciación o fusión debido a su baja gravedad, al contrario que los planetas que sí lo sufrieron.

Este tipo de objetos serían un residuo de los planetesimales que se formaron al principio de la génesis del Sistema Solar, los «ladrillos» a partir de los cuales crecieron los planetas. Fragmentos de estos cuerpos caen de vez en cuando a la Tierra y pueden ser analizados por los científicos.

Para este estudio se analizaron condritas carbonáceas procedentes de la colección que tiene la NASA procedente de la Antártida. Allí, el hielo no sólo los conserva casi sin contaminar, sino que los hace muy visibles a los ojos del explorador experto (ver foto de cabecera) cuando el viento los desvela. También se analizaron muestras del meteorito Murchison que cayó en Australia en 1969 y del que cayó en Renazzo (Italia) en 1824. Con este estudio se pretendía ir más allá en la identificación de los procesos de incorporación de agua que se dieron en el disco protoplanetario.

La hipótesis que mantiene que las condritas carbonáceas fueron las que llevaron el agua a la Tierra no es de ahora, pero siempre se ha discutido si este aporte de agua fue o no efectivo como para aportar gran cantidad de agua.

El agua puede provenir de los cometas, como se ha dicho antes, o de asteroides hidratados. Ahora el aporte de agua por esta vía es despreciable, pero hace 4000 millones de años la población de asteroides era muy superior y caían con frecuencia a la produjo una gran desestabilización en el Sistema Solar a causa de una migración orbital de Júpiter y Saturno. Aquellos cuerpos que no fueron absorbidos por estos planetas gigantes terminaron cayendo hacia el Sistema Solar interior y produjeron un bombardeo intenso sobre los planetas de esa región, incluida la Tierra y la Luna. Es sobre la Luna en donde se pueden leer las huellas, en forma de cráteres de impacto, de este fenómeno.

En la Luna, Mercurio o Marte el aporte de volátiles mediante esta mecanismo terminó siendo estéril, pero no en la Tierra en donde había condiciones mejores para su conservación a largo plazo.

Los cálculos del estudio indican que, coincidiendo con ese bombardeo intenso, miles de millones de toneladas de condritas carbonáceas alcanzaron la Tierra hace 3800 millones de años y trajeron grandes cantidades de agua y otros volátiles en forma de minerales hidratados.

En la actualidad hay dos misiones espaciales que intentan traer muestras de asteroides primitivos: OSIRIS-Rex y Hayabusa 2. Los análisis de este estudio señalan la importancia de este tipo de misiones de retorno de muestras, que pueden dar acceso a un material mucho menos alterado que el de los meteoritos, que experimentan la entrada en la atmósfera terrestre y chocan contra el suelo de nuestro planeta.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: Katherine Joy / ANSMET.