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Paciente vegetativo juega al tenis en su cabeza

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Comparativa entre la actividad cerebral de la paciente e individuos sanos cuando se les pide imaginar jugar al tenis. La actividad es la misma. Foto: Adrian Mark Owen.

Un equipo de la universidad de Cambridge liderados por Adrian Owen ha descubierto que una paciente en estado vegetativo todavía es consciente de sí misma, pudiendo entender el lenguaje hablado.
Hace un año esta mujer de 23 años sufrió un severo trauma cerebral en un accidente de tráfico. Físicamente su falta de respuesta cumple los criterios internacionales que la diagnostican como en estado vegetativo.
Los científicos usando un sistema de resonancia magnética nuclear funcional escanearon el cerebro de esta paciente para registrar la posible actividad cerebral mientras que se le pedía que se imaginara jugando al tenis o moviéndose por su casa. Los científicos vieron que era capaz de hacerlo, activándose las mismas áreas del cerebro que a los voluntarios sanos a los que se les pedía lo mismo. Los resultados han sido publicados en la revista Science.
Por tanto, según estos expertos, pese al diagnostico de estar en estado vegetativo, la paciente retiene la habilidad de entender comandos hablados y responder a ellos a través de su actividad cerebral, en lugar de a través del habla o del movimiento. Además, la decisión de jugar con los investigadores para realizar determinados tareas cuando se le piden representa un acto claro de intención que confirma más allá de toda duda que es autoconsciente de sí misma y su entorno.
Primero los científicos usaron el escaner para medir la respuesta neuronal de la paciente durante la presentación de frases habladas como “hay leche y azúcar en el café”. Estas pruebas mostraron que reconocía el lenguaje hablado. Más tarde además reconoció frases complejas que contenían palabras ambiguas. Esto demostraba que su cerebro entendía el significado de las frases.
Una respuesta neuronal apropiada al significado del lenguaje hablado sugiere o confirma que uno es autoconsciente. Para saber si esto era así o no, y demostrar que entendía y respondía a una petición, se le solicitó que imaginara jugar al tenis o caminar por su casa. Vieron que la actividad cerebral era indistinguible de aquella producida por personas sanas de referencia.
Sin embargo otros expertos no entienden por qué esta mujer, si es consciente, no es capaz de una respuesta física ya que los centros motores de su cerebro no están dañados.
Paul Matthews, neurólogo del Imperial College de la Universidad de Oxford, afirma que este estudio, a pesar de ser muy interesante, no demuestra que la mujer esté consciente. Según él, la respuesta a un estímulo, incluso cuando éste es muy complejo, no significa conciencia y no demuestra un acto de decisión aunque haya respuesta. Sería similar a cuando retiramos la mano brúscamente cuando algo nos pincha sin haber decidido hacerlo. Afirma además que los investigadores no pueden distinguir si la paciente “juega al tenis” o simplemente reacciona a la palabra tenis.
Esto puede reabrir la polémica sobre el caso Terri Schiavo, la mujer de Florida que pasó 15 años en estado vegetativo y a la que se le permitió morir en marzo de 2005 después de una larga batalla judicial.
Pero en este nuevo caso la paciente presenta un daño pequeño en su cerebro causado por heridas traumáticas que, en general, tienden a curarse mejor que los daños producidos por un infarto cerebral como en el caso Schiavo. Además, Schiavo estuvo en estado vegetativo durante un periodo de tiempo muy superior, lo que agravó los daños cerebrales por deterioro progresivo.
Si el cerebro de la paciente puede de hecho responder a lo que hay alrededor, entonces este método abriría unas excitantes posibilidades de comunicación. Bastaría una serie de preguntas a las que se respondería con “sí” o “no” acerca de sus sentimientos u otras cosas para clarificar si de verdad está consciente o no. Owen quiere probar esto último con esta paciente, aunque no se atreve a aventurar un resultado.
Según este investigador esta técnica permitiría identificar qué pacientes tienen cierto nivel de conciencia aunque no al contrario. Pero si otros pacientes en la misma condición tienen habilidades similares, entonces esto abriría la posibilidad de que en algunos casos tengan una vida interior rica y compleja. Obviamente en estos casos habría serias dudas éticas sobre su posible “desconexión”.
En el futuro Owen desea investigar si este sistema se puede aplicar a más pacientes y si es posible comunicar o no con ellos. Quizás algunos estén de algún modo conscientes pero incapaces de moverse o hablar, cosa que se parece bastante a la peor pesadilla que uno pueda imaginar.

Fuentes y referencias:

Cognition and Brain Sciences Unit. [1]
Owen A. M., et al. Science, 313. 1402 (2006). [2]