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Agua en supertierra en zona de habitabilidad

Descubren agua en un exoplaneta de tipo supertierra que está en la zona de habitabilidad de una enana roja.

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Quizás cuando suceda, cuando detectemos una Tierra II, nos parezca lo más natural, lo más lógico. Porque durante bastante tiempo antes se habrán ido descubriendo otros casos que nos habrán acercado cada vez más hasta ese hito.

Hoy nos dicen que se ha conseguido detectar vapor de agua en la atmósfera de un planeta rocoso en la zona de habitabilidad de su estrella. Se trata de K2-18b, una supertierra con 8 veces la masa de nuestro mundo y 2,3 veces su diámetro que orbita una estrella enana roja y que, al menos, tiene otro planeta compañero en ese mismo sistemas planetario.

Antes de echar las campanas al vuelo hay que decir que se trata de un planeta mucho más masivo que la Tierra y que su estrella es de tipo M y no de tipo G como el Sol, por lo que es mucho más fría. Así que no se trata de una Tierra II, ni mucho menos.

En todo caso es la primera vez que se detecta vapor de agua en un planeta situado en la zona en donde podría estar en estado líquido, por lo que podría haber condiciones para que se diera la vida tal y como la conocemos. También es la primera vez que se detecta agua en un planeta tan «pequeño», pues en ocasiones previas se trataba de planetas gaseosos gigantes, planetas que se supone que no pueden albergar vida.

Lo malo de las estrellas de tipo M, o enanas rojas, es que tienen infancias turbulentas en las que producen tormentas solares muy intensas que envían potente radiación a su alrededor, por lo que pueden esterilizar cualquier intento de vida. Además, la zona de habitabilidad está muy cerca de la propia estrella, por lo que se recibe mucho de esa radiación allí y, encima, las fuerzas de marean hacen que la rotación y la órbita del planeta que ahí esté se sincronicen y el planeta termine enfrentamdp siempre el mismo lado a la estrella, tal y como ocurre con nuestra Luna y la Tierra. En definitiva, no se espera que en K2-18b pueda haber vida.

Pero el hecho de que tenga atmósfera y agua, pese a esas condiciones, indica que posiblemente muchos exoplanetas alrededor de enanas rojas tengan atmósfera y que no haya sido barrida por las tormentas solares, tal y como se ha venido diciendo hasta ahora.

Para poder hacer este anuncio un equipo de científicos ha empleado datos espectroscópicos tomados por el telescopio Hubble en 2016 y 2017 y usado algoritmos de código abierto para analizarlos, algoritmos que han desarrollado ellos mismos. La idea era detectar la señal dejada en el espectro de la estrella la atmósfera de planeta y trataa de averiguar qué compuestos hay en dicha atmósfera. Al final encontraron vapor de agua, hidrógeno y helio.

Si no se trata de un minineptuno, sino de una supertierra, la presencia de helio e hidrógeno indica que, en todo caso, se trata de un mundo diferente al nuestro. Por el contrario, si K2-18b es un minineptuno, su atmósfera será pesada y extensa, con unas condiciones superficiales difíciles para la vida, entre otras una gran presión. Si es así puede que el agua líquida no esté allí.

Los autores deñ estudio creen que podría haber otros compuestos y elementos como nitrógeno o metano, pero que con las actuales observaciones no se pueden detectar. Sugieren que en estudios futuros se pueda incluso estimar el porcentaje de agua presente y la cantidad de cobertura nubosa conforme se mejore la tecnología y las observaciones.

K2-18b fue descubierto en 2015 gracias a la misión Kepler de la NASA. Tras confirmarse con telescopios en Tierra de descubrió en 2017 otra supertierra que orbita más cerca de la misma estrella: K2-18c. Este otro planeta fue descubierto en el ESO por el método de velocidad radial gracias al espectrógrafo HARPS instalado en el telescopio de 3,6 metros del observatorio de La Silla.

Este sistema planetario se encuentra a 110 años luz de distancia a nosotros en dirección a la constelación de Leo.

Se espera que la misión sucesora a Kepler, TESS, detecte miles de exoplanetas de nuestro vecindario. Ya ha descubierto algunos.

También se espera que el telescopio James Webb de la NASA pueda estudiar atmósferas de algunos exoplanetas cercanos cuando finalmente se lance al espacio.

Por otro lado, la ESA planea la misión ARIEL, que se lanzaría en 2028 y que, con su instrumentos avanzados, observaría 1000 exoplanetas en detalle con la esperanza de poder caracterizar algunas de sus atmósferas.

Encontrar un exoplaneta habitado es una de las metas más importantes de la Astronomía moderna. Este estudio es uno más que contribuye en el camino de alcanzar ese objetivo.

Quizás se pueda en un futuro detectar las señales de dicha vida en los espectros de algún planeta. Cuánto se tarde en ello implicará la abundancia de vida en nuestra galaxia. Tanto si la vida es abundante, como si la vida terrestre es el único caso que conocemos o conoceremos, la concepción que adquiramos de nuestro lugar en el Cosmos cambiará radicalmente.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Ilustración: ESA/Hubble, M. Kornmesser.