El tiempo pasado con los amigos proporciona más felicidad que el que se pasa con la familia.
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Un estudio de Psicología realizado por Nathan Hudson (SMU) y colaboradores sostiene que las personas que dicen tener altos niveles de bienestar o felicidad con los amigos que con el cónyuge o sus hijos.
De hecho, estar al lado de la pareja sentimental predice un nivel de felicidad más bajo que estar con los hijos o con los amigos.
Sin embargo, según Hudson el hallazgo tiene más que ver con la actividad que se comparte con esas personas que con las personas en sí. Se debe a que la gente tiende a gastar más de su tiempo haciendo actividades agradables con los amigos que con los miembros de la familia, con quienes, ocasionalmente, está para hacer tareas desagradables, como los quehaceres diarios o las tareas de cuidado de los demás.
Hudson dice que el estudio sugiere que esto no tiene que ver con la naturaleza fundamental del tipo de relación. «Cuando controlamos estadísticamente las actividades realizadas, la mera presencia del niño, de la pareja o de los amigos proporcionan niveles de felicidad similares. Así, este artículo proporciona un visión optimista de la familia y sugiere que la gente genuinamente disfruta de su pareja y sus niños», añade.
En el estudio participaron más de 400 voluntarios a los que se pidió que rememoraran momentos con sus familiares y amigos e identificaran las actividades que realizaron con ellos. Además, se les solicitó que puntuaran la frecuencia con la que ciertas emociones eran generadas por esas experiencias, como la felicidad, satisfacción o significado que les proporcionaron. Cada una de estas emociones era puntuada de 0 a 6. El 0 para cuando casi nunca les proporcionaba uno de esos sentimientos positivos y 6 para casi siempre. Esto permitió a los autores del estudio estimar el grado de felicidad dependiendo de si se estaba con amigos o con familiares.
La gente frecuentemente socializa, se relaja o come cuando está con los amigos, actividades de las que disfrutan mucho. Cunado las personas están con la familia también realizan estas actividades proporcionadoras de felicidad, pero también muchas otras tareas domésticas. Así, por ejemplo, el 65% de las experiencias con amigos tenían que ver con la socialización, pero esto sólo representaba un 28% de las veces cuando se estaba con la pareja.
Gastar tiempo con los hijos significaba también realizar actividades que tienen asociadas connotaciones negativas, como las tareas domésticas, llevarlos al colegio, etc.
La actividad sobre la que más informaban que se realizaba más frecuentemente con los hijos era el cuidado de los mismos y esto era visto positivamente. Sin embargo, una vez se quitaba esta actividad de la ecuación, los niveles de bienestar alcanzados cuando se estaba con amigos, la pareja o los hijos eran muy similares.
Según Hudson es importante crear oportunidades para tener experiencias positivas con la pareja o los hijos y saborear mentalmente esos momentos positivos. Por el contrario, las personas cuyas relaciones familiares sólo tengan quehaceres, tareas domésticas o cuidado de los hijos no disfrutarán de mucha felicidad.
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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
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