El uso de geoingeniería para enfriar el planeta no será suficiente para compensar las consecuencias del efecto invernadero si las emisiones continúan al mismo ritmo.
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Desde que fuimos conscientes de que nuestras emisiones están cambiando el clima se han propuesto toda clase de soluciones.
Una de las soluciones que se proponen es usar la geoingeniería. Algunas de esas «soluciones» las hemos visto por aquí. En unas se han hecho pequeños experimentos a pequeña escala y en otras son simplemente propuestas. Siempre parecen ser la peor de las soluciones posibles. Encima no parece que llegaran a funcionar. Un estudio más apunta en esa dirección.
La solución obvia es no emitir o emitir mucho menos, pero algunas de estas soluciones parecen sostener que sigamos haciendo lo de siempre y continuemos con nuestro estilo de vida y compensemos el calentamiento de las emisiones con alguna solución tecnológica a escala planetaria: poner sombrillas en el espacio, inyectar dióxido de azufre en la estratosfera, fertilizar con hierro el mar para que las algas proliferen, absorber el dióxido de carbono y secuestrarlo geológicamente, etc. Todos esos proyectos tienen en común que son muy caros y que habría negocio en llevarlos a cabo. Además, delegar en el ser humano lo que la Tierra ha estado regulando automáticamente durante miles de millones de años no deja de ser una apuesta un tanto soberbia.
Salvo el último de los mencionados, que eliminaría parte de nuestras emisiones, los demás tienen muchos riesgos y no evitan la acidificación del agua marina, que es un problema muy grave.
Ahora un trío de investigadores, Tapio Schneider, Colleen Kaul y Kyle Pressel, presentan un estudio en el que muestran los resultados que obtienen en sus simulaciones climáticas. En esas simulaciones incorporan una solución de geoingeniería para ver si consigue evitar el calentamiento. Sus resultados, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences, sugieren que el uso de este tipo de geoingeniería para enfriar el planeta no será suficiente para compensar las consecuencias del efecto invernadero si las emisiones continúan al mismo ritmo.
El problema es la frustración en la falta de progreso significativo en la reducción de las emisiones, que ha hecho que algunos miren a la geoingeniería como alternativa viable para resolver el problema.
Una de las ideas que más seduce es la introducción de partículas, como pueden ser gotas de dióxido de azufre, que reflejen parte de la irradiación solar al espacio. En teoría, al recibir la Tierra menos irradiación se calentaría menos pese al mayor efecto invernadero.
La inspiración procede de que los volcanes hacen eso mismo y temporalmente se reduce la temperatura media del planeta, como, efectivamente, se ha podido medir.
Obviamente no se ha hecho el experimento y otros investigadores sugieren que podría haber daños colaterales que no se pueden prever. Además se podría usar la misma tecnología como arma militar.
Schneider, Kaul y Pressel simularon el efecto que tendría esta introducción de partículas en la estratosfera y comprobaron que, en un principio, funcionaría hasta cierto punto. Pero si no se reducen las emisiones se alcanzaría un estado en el que habría efectos negativos, en concreto sobre las nubes estratocúmulos, que serían cada vez más delgadas hasta que desaparecerían.
Sin esa capa nubosa que refleja la luz solar, las partículas introducidas en la estratosfera no serían capaces que compensar la desaparición de estas nubes y no se evitaría el calentamiento global.
Los autores sugieren que esta técnica de geoingeniería no sería la solución al calentamiento si no se reducen las emisiones.
Mientras tanto, el calentamiento global no se detiene. Uno de los efectos predichos por los modelos climáticos es el aumento del número de huracanes. La temporada del Atlántico de este año está siendo especialmente negra. Así, el huracán Iota acaba de azotar Centroamérica y quizás gastemos este año más letras del alfabeto griego, aunque ya hayamos utilizado más que nunca antes.
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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Ilustración: Pixabay/CC0 Public Domain