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Compartimos con ballenas y simios neuronas especiales

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Ballena jorobada.

Se sabe que las ballenas son animales bastante inteligentes. Tienen capacidades comunicativas, cooperativas, capacidad de uso de herramientas e incluso transmisión cultural. Pero no se sabe seguro de dónde proceden.
Ahora se ha examinado el cerebro de las ballenas yubarta (famosas por cantar canciones largas con propósitos comunicativos), que es una de las muchas especies de ballena que existen (todavía), llegando a la conclusión de que su cerebro es similar al de los humanos y de simios como el chimpancé o el gorila, pues compartimos un mismo tipo de neuronas especiales. Esto podría explicar las habilidades intelectuales de estos cetáceos.
Ya en 1999 los investigadores encontraron que compartimos con los simios unas neuronas elongadas que estaban ausente en otros primates. Recientemente se ha asociado la existencia de estas neuronas a la toma de decisiones intuitivas en situaciones sociales. También se han visto en otros tipos de ballenas.
Ahora Patrick Hof y Estel Van der Gucht of the Department del Neuroscience at Mount Sinai School of Medicine (New York) han estudiado cerebros de ballenas yubartas descubriendo que contiene neuronas ahusadas en su córtex cerebral al igual que humanos y los grandes simios.
La función de este tipo de neuronas no se entiende muy bien, pero probablemente están relacionadas con el aprendizaje, la memoria y la habilidad de reconocerse a uno mismo. Además podrían verse afectadas por el mal de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas o trastornos como el autismo o la esquizofrenia.
Estas neuronas están además concentradas en las mismas localizaciones cerebrales que las ballenas dentadas (orcas, cachalotes) de cerebros más grandes y los grandes primates. Puede ocurrir que esta característica esté relacionada de algún modo con el tamaño del cerebro. Se cree que las ballenas con dientes como las orcas son más inteligentes que otras especies que viven del filtrado del agua, como yubartas o ballenas azules.
Las ballenas yubartas (o jorobadas) tienen además estructuras en su córtex cerebral que recuerdan islas y que han sido observadas en otros animales. Estas islas han evolucionado para proporcionar eficacia en la comunicación entre neuronas.
Las neuronas ahusadas probablemente aparecieron en los primeros ancestros de los homínidos, humanos y grandes simios hace unos 15 millones de años y no han sido vistas en otras especies de primates inferiores. Según los investigadores en los cetáceos probablemente evolucionaron hace 22 o 30 millones de años. Es decir, como mínimo 7 millones de años antes que en los grandes simios. O bien este tipo de neuronas aparecen automáticamente en animales con grandes cerebros o bien han aparecido por evolución varias veces.
Es de suponer que las capacidades sociales, comunicativas y de cooperación de las ballenas, humanos y simios estén basadas en la complejidad histiológica de la organización de sus cerebros. Los autores especulan con la posibilidad de que la habilidad de estas ballenas de cantar canciones se deba a la presencia de estas neuronas ahusadas y que estas neuronas deben de tener la misma función en ballenas que en humanos y grandes simios.
John Allman, neurólogo del Instituto de tecnología de California en Pasadena, y coautor junto con Hof del descubrimiento original de este tipo neuronas, trabaja en la actualidad en un proyecto para descubrir si el cerebro de los elefantes aloja neuronas ahusadas. Recientemente se ha descubierto que los elefantes son capaces de reconocerse a sí mismos en un espejo, facultad compartida con muy pocos primates y alguna ballena.

Referencias:
Anatomical Record. [1]
Ballenas yubartas. [2]
Ballenas en NeoFronteras. [3]
Canciones de ballenas. [4]

Nota: Recientemente varias naciones, con Japón a la cabeza, en lo que se supone un abandono definitivo de la hipocresía por parte de estos países que afirman ser avanzados, han reanudado la caza de ballenas con propósitos comerciales (hasta ahora y según ellos lo hacían por “motivos científicos”), lo que conlleva un duro golpe para estas especies, para el conocimiento y ética universales y para la condición humana.