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Los océanos en peligro

Un 95% de la superficie del océano de la Tierra habrá cambiado a finales de siglo

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Las noticias sobre el clima son cada vez más deprimentes y no parece que se vean soluciones en el horizonte.

Como todos sabemos ya, si todavía podemos disfrutar de un clima no terrible es porque los mares del mundo han absorbido alrededor de un tercio de toda la contaminación de dióxido de carbono producido desde comienzos de la revolución industrial que ha sido emitido por la humanidad. Este gas disuelto en los océanos está cambiando la química marina.

Ahora, una investigación publicada el jueves pasado cifra en hasta un 95 por ciento la superficie del océano de la Tierra que habrá cambiado a finales de siglo, a menos que la humanidad deje de realizar sus emisiones.

El clima de la superficie del océano está definido por la temperatura del agua superficial, su acidez y la concentración de carbonato cálcico (que muchos animales marinos se utilizan para formar huesos y conchas). Pero son precisamente estos aspectos los que permiten la existencia de la gran mayoría de la vida marina. Un desequilibrio entre estos aspecto afectaría irreparablemente a esta vida marina y, por ende, a toda la vida terrestre.

Muchos investigadores indican que un cambio en la química oceánica fue preciamente la causa de algunas extinciones masivas.

Ahora los niveles de CO2 atmosféricos aumentan a una tasa hasta unos niveles nunca vistos en los últimos tres millones de años. Hay temores de que la superficie del océano puedan ser menos hospitalaria para las especies que alberga más pronto de lo esperado.

Un grupo de investigadores quería ver qué efecto ha tenido ya la contaminación por dióxido de carbono en la superficie del océano desde mediados del siglo XVIII hasta ahora. También proyectaron el impacto que tendrán nuestras emisiones hasta 2100.

Para hacerlo, modelaron climas globales del océano a través de tres períodos de tiempo: principios del siglo XIX (1795-1834); finales del siglo XX (1965-2004) y finales del siglo XXI (2065-2014).

Luego simularon estos modelos en computadores a través de dos escenarios de emisiones. El primero, conocido como RCP4.5, contempla un pico en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, seguido de una disminución lenta en el resto del siglo. El segundo escenario, denominado RCP8.5, consiste en seguir lo mismo que estamos haciendo ahora y en donde las emisiones continúan aumentando a lo largo de los próximos 80 años.

Los investigadores publican en Nature Scientific Reports que encontraron que en el escenario RCP4.5 para 2100 el 36 por ciento del área oceánica tendrá unas condiciones superficiales distintas a las presentes a lo largo del siglo XX. Pero bajo el otro escenario de emisiones, esa cifra se eleva al 95 por ciento.

El equipo también encontró que, mientras que la superficie del océano mostraban pequeños signos de cambio durante el siglo XX, en 2100 hasta el 82 por ciento de la superficie del océano puede experimentar climas no vistos en la historia reciente. Esto incluye mares que son más calientes, más ácidos y que contienen menos minerales vitales para que la vida marina prospere.

Katie Lotterhos (Northeastern University) dice que la composición cambiante del océano debido a la contaminación de dióxido de carbono probablemente impactará todas las especies de la superficie. Sostiene que las especies que se adaptan estrechamente a un clima que desaparece tendrán que adaptarse a diferentes condiciones. «Un clima en el que la temperatura y la química del agua es común hoy serán raras o ausentes en el futuro», añadió.

Mientras que, hasta ahora, las especies de superficie han podido moverse a otros lugares para así evitar áreas de océano anómalamente cálidas o ácidas, este estudio sugiere que en el futuro sus opciones pueden estar muy limitadas debido al que el calentamiento y la acidificación serán casi uniformes en toda la superficie oceánica.

Las comunidades de especies que se encuentren en un área dada continuarán cambiando y lo tendrán que hacer aún más rápidamente durante las próximas décadas si no quieren desaparecer para siempre.

Lotterhos sugiere que los gobiernos necesitan vigilar los futuros cambios de hábitos de las especies de superficie marina. Pero, en última instancia, los océanos del mundo necesitan que las emisiones que conducen a esta situación dejen de efectuarse.

Por desgracia, el dióxido de carbono no es el único problema que aqueja a los océanos. Los problemas de eutrofización, contaminación y residuos plásticos son algunos que también están ahí y que siguen sin solución. Un caso de eutrofización lo acabamos de constatar en el mar Menor (España) este verano, en donde hemos podido ver muchas toneladas de peces muertos flotando en su orilla. Si queremos tener una visión del futuro de los mares de la Tierra, sólo tenemos que ver la noticias recientes sobre el mar Menor, como la imagen de cabecera.

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Fuentes y referencias:
Artículo original. [2]
Foto: Ecologistas en acción