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Praderas y biocombustibles

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Hierbas de las praderas. Foto: University of Minnesota.

Los biocombustibles más usados provienen de aceites vegetales con los que se genera biodiésel o del maíz y similares con los que se produce alcohol. Los cultivos convencionales de estos tipos son caros de mantener y podrán competir con los combustibles fósiles sólo cuando éstos últimos alcancen precios muy altos.
En un artículo publicado en Science se propone que una mezcla de hierbas de pradera produciría más biocombustible que cualquier otro cultivo y además reduciría enormemente las emisiones de dióxido de carbono. La idea se ha comprobado experimentalmente en una plantación piloto. La biomasa obtenida se podría transformar en etanol en un proceso todavía en estudio.
Ya dimos cuenta en NeoFronteras de otras ideas similares en las que se utilizaban monocultivos como árboles de crecimiento rápido como los álamos [1]. Sin embargo David Tilman un ecólogo de University of Minnesota propone que los monocultivos no pueden ser tan buenos desde el punto de vista ecológico como las praderas.
Los cultivos experimentales que Tilman ha realizado durante años le han llevado a la conclusión de que una alta diversidad mantiene el ecosistema estable y productivo. Ha cultivado 16 especies distintas de hierbas en 152 lugares de prueba desde 1994. Puede demostrar que una mezcla de plantas produce mayor biomasa para un área dada que los monocultivos convencionales. Además, en los suelos pobres donde crece este tipo de plantas una pradera produce el doble de bioenergía (y eventualmente un hipotético etanol obtenido de ella) que un campo de monocultivo (de maíz, soja, álamos, etc.).
Según este investigador las cuentas salen mejor si nos centramos el las emisiones de dióxido de carbono. Para la producción, cultivo, recolección y transporte de biocombustible obtenido de este modo se producen emisiones de CO2 que descontando el dióxido de carbono que las plantas han absorbido durante su vida obtenemos una relación que es de 6 a 16 veces mejor que la obtenida con el etanol de maíz o el biodiésel.
Según sus cálculos una pradera de este tipo en un suelo pobre produce 238% más bioenergía que el mismo área plantado con un monocultivo convencional. Y comparado con el etanol de maíz produce un 51% más de energía en un suelo fértil.

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Cultivos de prueba donde se realiza esta investigación sobre biocombustible a partir de praderas. Foto: University of Minnesota.

La razón está en la mezcla de especies, gracias a la cual cada planta ocupa un nicho ecológico que complementa al de los demás. Por ejemplo, las plantas que crecen en primavera y las que crecen en verano se complementan mutuamente. Además conforme pasan los años esta mezcla de plantas es más productiva ya que el sistema radicular crece más profunda e intrincadamente, y añade nutrientes y humus al suelo.
Tilman especula que este sistema complejo usa más nitratos, que es un compuesto cuya escased limita mucho el crecimiento de la plantas, y que además mata a las bacterias que descomponen los productos orgánicos desprendiendo CO2. El secuestro de este gas en este caso es de 4,4 toneladas al año por hectárea.
Otra ventaja es que estos suelos no son buenos para la agricultura convencional y su uso no derivaría plantaciones para el consumo humano o animal hacia el consumo energético.
Cultivando una mezcla de hierbas en las 500 millones de hectáreas que hay en el mundo de suelos degradados pobres en nitrógeno se podría sustituir el 13% del consumo mundial de petróleo y evitar la emisión de un 15% de dióxido de carbono.
Sin embargo, algunos expertos se muestran escépticos con la idea. La producción de etanol a partir de hierba es hipotética de momento, mientras que la de maíz no lo es. Una vez se desarrolle la tecnología que lo haga posible (descomposición de la celulosa mediante sistemas enzimáticos) se podrá aplicar también sobre las partes de las cosechas del maíz que ahora se desaprovechan, con lo que habría que rehacer las cuentas.

Referencias y fuentes:
Science (vol 314, p 1598)
University of Minnesota. [2]
USDA. [3]
NSF. [4]

En NeoFronteras:
Biocombustibles en Especiales. [5]
Biocombustibles en Portada. [6]